Al leer la biblia podemos navegar por historias increíbles, pero hoy aprenderemos de Jesús, del maestro, del hijo de Dios. Jesús nos enseñó lo importante que es tener fe para creer en las promesas personales y bíblicas en tiempos llenos de obstáculos, confusiones, tardanzas y miedos en medio de una generación amadora de sí misma.

Jesús tuvo que esperar 30 años antes de salir a la luz, estos fueron sus años “no públicos” pero en los que cultivó una relación hermosa y personal con Su Padre celestial que sostuvo su vida hasta el final de sus días en esta tierra. Un hombre de carne y hueso que nos muestra obediencia, perseverancia, humildad y amor.  

Jesús pasó procesos dolorosos donde fue abandonado y rechazado por sus amigos los discípulos, por su propio pueblo, olvidado por muchos que recibieron milagros y al final crucificado. Sin embargo, Él vino al mundo para cumplir un propósito y no perdió su fe aún en estos momentos tan difíciles y el Padre fue glorificado.

Preparemos nuestras vidas, aprendamos de Jesús y con la ayuda del Espíritu Santo volvamos al primer mandamiento “Amarás a Dios sobre todas las cosas”. No descansemos hasta experimentar Su presencia, Su belleza y pidamos por un amor extravagante que nos ayude a amarlo más cada día. 

5 Ámalo con toda tu capacidad mental, con todo lo que eres y con todo lo que vales. 6 Debes pensar constantemente en estos mandamientos que te doy en este día. (Deuteronomio 6:5-6 NBV)

Busquemos la belleza de Jesucristo para que en tiempos de tardanza y procesos largos y dolorosos podamos tener fe suficiente para saber que El va cumplir con sus promesas bíblicas y personales para nosotros y para nuestras familias.

Aprendamos a orar en lo secreto, aprendamos como verdaderas guerreras a pelear con la pasividad en nuestras vidas y luchemos por encontrar a nuestro amado Jesús quien es el Fiel y Verdadero, quien nos ofrece un amor incondicional el cual restaura, limpia, cambia, que se lleva nuestra vergüenza y nos regala gozo y alegría.

Hoy te reto a que empieces a escribir tu historia como una grande de la fe y que puedas ser conocida en el cielo por tu obediencia. Siempre con los ojos puestos en Jesús quien con Su vida nos dio ejemplo de un amor incondicional y de una fe perseverante que tendrá una gran recompensa cuando El regrese.

Por Susana Vallejos