Luego Dios dijo: «No está bien que el hombre esté solo. Voy a hacerle alguien que lo acompañe y lo ayude».

Génesis 2:18

El termino “noviazgo” no existe en la Biblia como nosotros lo conocemos hoy en día, de hecho, en la Biblia solo existe gente soltera o casada. En nuestra cultura occidental hemos tomado el noviazgo como una figura de relación previa al matrimonio, donde la pareja se conoce, comparte sueños y objetivos y luego deciden unir sus caminos formalmente.

Dios creó a Adan, el primer hombre, y lo puso a gobernar sobre todo lo creado, pero en un momento Dios diría: No es bueno el hombre esté solo… ¡Solo! , pero si estaba con Dios, ¿cómo que solo? Aquí es cuando nos damos cuenta que los seres humanos tenemos necesidades importantes, las más básicas solo pueden ser cubiertas por Dios, en tanto otras, Dios las cubrirá pero no directamente, El usará personas para hacerlo.

Hay una tremenda diferencia entre: Estar sola versus sentir soledad.

Estar sola implica estar soltera, disponible y preparada para comenzar una relación. ¿Porque menciono preparada? Porque tu corazón está seguro en Dios, Él es tu proveedor principal. Esta persona tiene un proyecto, sabe para qué fue llamado y no va a buscar una relación que lo distraiga de su objetivo.

Estar solo o sola no es estar amargada, es estar feliz disfrutando de tu vida de soltera, pero emocionalmente y espiritualmente listas para entrar en una relación que los llevará a un matrimonio saludable y feliz.

Cuando decimos que estamos «esperando en Dios» podemos ir haciendo algo en la espera: como admitir nuestros errores, las mujeres nos ilusionamos muy rápido, aprovechar en ir sanando nuestras heridas, asumir y tomar responsabilidad de nuestras malas decisiones, e ir mejorando en el proceso. Entonces y sólo entonces estaré lista para iniciar una relación.

Soledad es más bien aislamiento o confinamiento, falta de contacto con otras personas. Es estar rodeada de gente pero sentirse sola. Es estar frustrada por la falta de compañía amorosa. No disfrutar para nada tu soltería y no estar listas ni emocional ni espiritualmente para entrar en una relación. De hecho de entrar así en una relación, son muy altas las probabilidades de fracaso y frustración en comparación a quedarse sola.

Me gustaría compartirte una verdad:

Tener soledad no es falta de novio, es ausencia de Dios.

Adán estaba “solo” pero,  estaba con Dios.

Sé que estarás diciendo, Wenddy tu no me entiendes. No sabes lo que es estar sola viendo como otros tienen parejas aunque sea para pasar el tiempo juntos, pasear o hasta para molestarse con alguien. Pues, si te entiendo, de hecho, bastante bien. Mi estado actual es felizmente soltera.

Mientras espero, tengo una relación con la persona más importante del universo, me conquisto a mi misma y sano mis emociones para poder conquistar esa área en mi vida, y me estoy guardando para el compañero que Dios tiene para mi. Jesús se ha convertido en la fuente de mi felicidad, de mi satisfacción principal, no encuentro en nadie aún que me haga sentir tan amada, segura y libre como con Jesús.

Ahora, ya estaba lista para entrar en una relación, donde no busco llenar vacíos, sino donde podía compartir de la plenitud que siento, gracias a mi relación con Dios. Entendí que el principio por el que uno se casa no es para ser feliz, sino que una ya es feliz con Dios y quieres compartir de lo que tienes con otra persona.

No hay nada mejor que un hombre y una mujer que han sido libres de la soledad, se unan en matrimonio, pues, construirán una relación sólida que les brindará muchas satisfacciones.

Te animo a evaluarte, y pensar si eres feliz con tu estado actual, si estás preparándote para el mejor, siendo tu mejor cada día; o si estás guardando tu corazón, no te encierres en la soledad al punto que te impida conocer amigos, y disfrutar de cada etapa.

Vive cada etapa de tu vida y pídele a Dios que te ayude a disfrutarla.

Por Wenddy Neciosup