Exámen de corazón
“Yo sé, mi Dios, que tú examinas nuestro corazón y te alegras cuando encuentras en él integridad”
1 Crónicas 29:17
Es fácil que la vida quede atrapada por el orgullo y muchas veces es permitido por Dios con el fin de purificarnos de la tendencia de ser presumidas.
Cuando somos arrogantes y pensamos que podemos vivir un momento que sea sin Él, Dios se sumerge en nuestro corazón y comienza a buscar la humildad.
Si en esa búsqueda no la encuentra, Él permite que lleguemos al fondo de apoco, para que así podamos adquirir una nueva perspectiva: tenemos que mirar hacia arriba y eso es lo que necesitamos urgentemente si todo el tiempo estamos mirando sólo hacia abajo. (esa es una clara señal, de que nos sentimos en lo alto y de que creemos tener el control).
Dios no nos da ese tipo de pruebas para torturarnos, hace eso para que nuestro corazón pueda ser purificado, para que así podamos verlo, o ver su mayor propósito para nuestras vidas.
Por ejemplo, hace un tiempo fui operada de la cadera, en ese tiempo quedé imposibilitada de moverme con la normalidad de siempre, quedé impedida de realizar mis quehaceres, fue un tiempo de quietud, fue difícil ya que mi ritmo a veces es medio agitado, pero luego entendí que Dios también aprovechó ese tiempo de quietud para hablar a mi corazón y mostrarme aquellas cosas que muchas veces por andar de aquí para allá no las tomamos en cuenta, a pesar de no entender mucho al principio, fue un tiempo bueno para orar, pensar y meditar en lo que Dios estaba hablando conmigo.
Muchas veces Dios quiere llamar nuestra atención, pero estamos tan afanadas, tan involucradas en cosas, que a veces nos alejan del propósito, estamos en el ritmo de querer tener el control o sutilmente hacer nuestra propia voluntad, y creo que esos momentos de quietud, Dios los ocupa exactamente para llamar nuestra atención, eso producirá alteraciones importantes en nuestras vidas, es el objetivo de Dios.
En tanto, si no nos disponemos a oírlo, Dios proporcionará cualquier situación para que lo escuchemos y así llamar nuestra atención.
Y esa llamada de atención puede traer un fuerte golpe para aterrizarnos, y decir: ¡Quiero que pares, y me escuches ¡
El corazón muchas veces tiene que ser probado, tiene que pasar por el fuego, y eso es doloroso, y creo que a ninguna le gustaría llegar a esa instancia, pero Dios utiliza eso para saber si realmente queremos hacer su voluntad para agradarlo o simplemente queremos hacer lo que está en nuestro corazón.
El salmista nos muestra una oración con la cual desnuda su corazón:
Examíname, Dios, y conoce mi corazón, pruébame y conoce mis pensamientos. Salmo 139:23 NBV
¿De verdad crees que Dios no sabía lo que había en aquel corazón?, ¿Dios no sabía lo que el salmista pensaba?, claro que sí, Dios conoce todo y discierne las intenciones de nuestro corazón, sólo él puede llegar a lugares que nadie conoce.
Sin embargo, como dije antes, David desnuda su corazón delante del Señor y le dice: Examíname… y conoce mi corazón, hay una traducción que dice “Haz un inventario de las motivaciones que me mueven a actuar de una u otra manera”.
Este Salmo no deja ningún lugar para la hipocresía; nos desafía a ser humildes, francas y abiertas delante de Dios en todo momento.
Necesitamos ser examinadas, necesitamos esos momentos en que Dios se sumerge en la profundidad de nuestro ser para llevarnos al quebranto y la transformación, necesitamos ese mismo deseo con el que el salmista oró, pidiendo que Dios nos transforme conforme a su palabra, y llenarnos hasta que sólo sea Él reflejado y no nosotras.
Al final, el propósito de Dios permanece y acabamos en el lugar exacto, y a la hora exacta.
No dejemos que el orgullo, el afán, el querer tener control de todo, el ser sabia en mi propia opinión, y así un montón de anticualidades que no tienen nada que ver con la humildad, nos dominen y pasen a ser nuestro guía.
Que el Espíritu santo nos guíe y que tengamos un corazón dispuesto y oídos atentos para escuchar y hacer sólo lo que Dios quiere para nosotras.
No esperemos que la quietud venga de golpe, estemos sensibles a escuchar su voz, Él siempre tiene algo para decirnos.
Que Dios siga examinándonos…
Por Karen Quiroz
- Posted by Planeta Girl
- On agosto 19, 2019
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