Proverbios 13:20“El que con sabios anda, sabio se vuelve; el que con necios se junta, saldrá mal parado.”

Amistad es una palabra muy profunda para ser definida a la ligera. Creo que un amigo es alguien con quien puedo contar, con quien tengo la libertad de ser quien soy, con quien puedo ser vulnerable y abrir mi corazón, alguien que puede corregirme y confrontarme cuando lo crea conveniente.

La soledad no se cura con otra persona, la soledad tiene que ver con la ausencia de Dios en nuestra vida. No dejes que tus emociones te dominen a punto que te nublen la razón y pongan en riesgo tu salud emocional y espiritual.

Forja buenas amistades antes de necesitarlas.

Tu y yo hemos sido hechas para relacionarnos, Dios ha planeado conexiones divinas para ti, nada ocurre de casualidad, todas las personas con las que te conectas en esta vida están dentro de la voluntad de Dios. Con amigos adecuados podrás tener relaciones adecuadas.

Evalúa los amigos que tienes hoy, si son buenos amigos harán brotar tu originalidad, júntate con personas sabias que te edifiquen, y que luego de verlas te vuelvas menos crítica, y más llena de fe y de visión de futuro.

Algunos de tus amigos no querrán que avances, sino querrán que te quedes con ellos donde estás ¿Sabes? El diablo no utiliza extraños para detenerte, cuida bien con quién te asocias, las malas asociaciones sacan lo peor de ti, después de estar con ellas estás llena de dudas, sin paz interior, con temor, confundida y cada vez más crítica.  Recuerda que terminamos pareciéndonos a los que tratamos de cerca.

Nunca permitas que alguien te convenza de abandonar alguna idea que Dios te dio.

Si los amigos que hoy tienes no amplían tu visión, están ahogando tus sueños.

Si conoces a alguien que es improductivo, que no te aconseje.

Si conoces a alguien que es quejumbroso, que no te lidere.

Si conoces a alguien que habla mucho pero no hace nada, que no te acompañe.

Simplemente no sigas a alguien que no va a ningún lado.

Debemos seguir a otros siempre y cuando ellos sigan a Jesús.

Nunca cuentes tus problemas con quienes son incapaces de contribuir en una solución.

Las personas que nunca han triunfado siempre son las primeras en decirle cómo hacerlo.

Sé sabia al momento de elegir tus amistades.

Por Wenddy Neciosup