Nuestro Dios, es Dios de nuevas oportunidades
Los términos de año siempre son más bien reflexivos, comenzamos a realizar un análisis de metas cumplidas, tareas realizadas, y muchas veces terminamos satisfechas porque el plan se pudo llevar a cabo, y en otras oportunidades, queda un sabor amargo en nuestro interior por no haberlo alcanzado.
Y es así, con las cosas por hacer, pero también con nuestros deseos internos, peticiones que hay en nuestros corazones, el deseo de querer tener una relación más profunda con Dios, invertir en la lectura y la oración.
El nuevo año comienza, y consigo vienen nuevos ánimos para comenzar de nuevo, con la esperanza en el corazón de que este será el año en donde concretaré lo que no pude hacer el año pasado, en donde tendré nuevas metas y así comienza el gran listado.
Sabes, es bueno hacer esos análisis y reflexionar en lo que hiciste y no pudiste hacer, pero quiero proponerte que puedas poner tu mirada en un enfoque distinto, no caeremos en la irresponsabilidad de decir: “bueno si ya no alcance a realizar esto, veré que hago este año”, hay cosas en donde de verdad debemos ser disciplinadas, y debemos esforzarnos por dar fruto en aquellas áreas en donde no somos perseverantes, o hay desorden , inconstancia, hay que separar lo trivial de lo que es importante y lo que para Dios es importante, porque debemos hacer todo como para agradarlo a Él.
La Biblia contiene las más grandes muestras de gracia que la tierra vio desde sus inicios, cada historia que vemos ahí es un recuerdo remarcable de que Dios da nuevas oportunidades.
“Pero hay algo que quiero recordar y en ello poner mi esperanza: en que el gran amor del Señor no tiene fin, pues sólo ha sido por su misericordia que nos ha guardado de la destrucción completa!” Lamentaciones 3:21-22 NBV
¿Se imaginan si Dios se guiará por cada una de nuestras acciones?, tendría muchos motivos para decir no, ya que nosotras constantemente estamos expuestas a pecar, (nuestra esencia es pecaminosa).
Dios no desprecia al humilde y quebrantado de corazón, y aquí nos da un mensaje de fe y esperanza, las Misericordias de Dios nunca cesan, nunca decaen, y hoy él te invita, para que inicies este año con tu mirada puesta en las oportunidades que tienes por delante, Dios en su gran amor y misericordia nos brinda nuevos días, para agradarlo, horrarlo y adorarlo, para conocerlo por medio de su palabra y para conversar con él por medio de la oración, para expresar amor, su amor que sobrepasa todo entendimiento, pon en práctica lo que has aprendido, se una mujer de bien, actúa en misericordia, verdad, honra a tus padres, ama a tu prójimo, se hospitalaria, generosa, que tu boca exprese palabra de vida, y tus brazos sean los abrazos de Cristo. Pero por sobre todo, Ama al Señor con toda tu alma, mente, corazón, con todas tus fuerzas.
Hay tanto que puedes hacer, no todo es conseguir, lograr, obtener, hay cosas que son más ricas, más profundas y que están ligadas a la esencia de Cristo, pongamos nuestra mirada en las cosas de arriba y no en las de la tierra.
Como seres humanos, hay muchos deseos que nos invaden, planes que quisiéramos concretar, sueños por cumplir, pero que este 2020 tus ojos puedan estar en las cosas eternas, aquellas que permanecen y nunca dejan de ser, todo lo demás pasará, perecerá, pero Él y todo lo que proviene de Él es eterno.
Puesto que ustedes resucitaron con Cristo, fijen la mirada en las cosas de arriba, donde está Cristo sentado junto a Dios en el sitio de honor. Colosenses 3:1 NBV
Somos resucitadas con Cristo, Sin Cristo, tú y yo estábamos muertas espiritualmente; antes buscábamos nuestra gloria y la del mundo. Pero ahora, celebramos día a día la verdadera libertad, aquella que nos salvó de una muerte espiritual y eterna. ¡Gracias Señor!
Las Escrituras nos muchas historias de la gracia de Dios. Dios lleva a la gente desde sus fallas hasta el éxito increíble. Muchas cosas sucederán esta semana. ¿Pudiera Él estar escribiendo la historia de éxito de ti y de mí en este mismo momento?
Recuerda que no te estoy hablando de un éxito vano, vacío, te estoy hablando del éxito que tenemos sólo por ser hijas de Dios, un Dios que nos da nuevas oportunidades para cultivar una relación profunda con Él, un Dios que hace nueva todas las cosas y que nunca desiste de nosotras.
Es verdad: hemos sido llamadas a glorificar a Dios en nuestro trabajo, estudio, ejercicio, hobbies, y descanso, en todo lo que hagamos. Pero no podemos hacer de estas actividades un fin; sino que hagamos de ellas un medio. Un medio para buscar más y más la gloria de Aquel que está sentado, gobernando el mundo a nuestro favor: su nombre es Cristo.
¿Qué harías tú con una segunda oportunidad?
Por Karen Quiroz
- Posted by Planeta Girl
- On enero 6, 2020
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