
SED DE APROBACIÓN
¿Ya te diste cuenta? La opinión de los demás nos lleva a vivir vidas falsas y vacías.
“Pero el Señor le dijo: ―No juzgues al hombre por su apariencia. No, no es este. Yo no escojo como los hombres lo hacen. Los hombres juzgan por la apariencia exterior, pero yo miro el corazón”. 1 Samuel 16:7
La época en que nos ha tocado vivir resulta emocionante debido al desarrollo de la tecnología, los avances científicos, el ritmo vertiginoso de las comunicaciones, el mundo virtual que ha servido para acortar distancias de manera sorprendente, así como muchas cosas más que podríamos mencionar.
En lo particular, me encantan las redes sociales. Es extraordinario poder comunicarnos con gente que hacía años no veíamos y con la que habíamos prácticamente perdido el contacto. Poder hablar o tener videoconferencias con la familia que está a miles de kilómetros es una ventaja increíble de estos tiempos.
Siempre que la intención sea buena, no veo nada de malo en utilizar la Internet a nuestro favor. Creo que el problema viene cuando nos desequilibramos, ya sea con respecto al tiempo que pasamos navegando en la red o por la razón por la que lo estamos haciendo.
Amiga, cuando notas que pasas demasiado tiempo en tu teléfono y este hábito te domina, es hora de hacer cambios y tomar decisiones. Si te pasas horas chateando, visitando las redes sociales o teniendo videoconferencias, obviamente le estás robando tiempo diario a otras actividades que tienes que cumplir. El punto es que tengas la madurez de dominar la situación y no permitir que esta te domine a ti.
Lo mismo ocurre con las razones que nos mueven. Hoy en día la Internet nos da acceso a información que se encuentra a la distancia de un «clic». Y permíteme repetirlo, es nuestra responsabilidad supervisar qué leemos, a qué sitios entramos y qué ponemos frente a nuestros ojos.
El sistema que está detrás de las redes sociales nos cautiva y persigue nuestra atención. Mientras más tiempo pasas en YouTube, Instagram, Twitter, Facebook o tu red favorita, más dinero ganan ellos y las compañías que intentan bombardearnos con sus anuncios promocionales. Y gestionar el tiempo que le dedicamos al mundo virtual es nuestra responsabilidad y se hace cada vez más difícil.
Ahora con las redes sociales, podemos enterarnos hasta dónde conseguir las prendas o accesorios que usan las chicas o mujeres que admiramos. #tags #hashtags #etiquetas que brindan información adicional y nuestra insatisfacción crece hasta que no vamos a tal sitio o negocio (o conseguimos en la tienda online) el producto en cuestión.
Contracorriente: Totalmente contracultural es el mensaje del reino de Dios. Leamos juntas y meditemos en el siguiente texto bíblico:
“Por ello les aconsejo que no se preocupen por la comida, la bebida o la ropa. ¡Es mucho más importante tener vida y un cuerpo, que tener qué comer y qué vestir! Fíjense en los pájaros, que no siembran ni cosechan ni andan guardando comida, y el Padre celestial los alimenta. ¡Para él ustedes valen más que cualquier ave! Además, ¿qué gana uno con preocuparse?; ¿podemos acaso alargar nuestra vida aunque sea una hora? ¿Para qué preocuparse de la ropa? ¡Miren los lirios del campo, que no tejen su propia ropa, y ni aun Salomón con todo su esplendor se vistió jamás con tanta belleza!”. Mateo 6:25-29
Alguien que refleja la naturaleza de Dios, está agradecido por lo que tiene y expresa contentamiento. Una chica madura puede disfrutar de ser quién es, y agradecer lo que Dios le ha dado y las oportunidades que tiene por delante.
Sobreinformación: Amiga, no estamos preparadas para enterarnos de todo lo que le ocurre a todo el mundo, todo el tiempo. Tal chica se fue de vacaciones, la otra se acaba de poner de novio (y cambió su estatus), aquella hizo una fiesta y ¡no me invitó! Tal familia se compró una casa nueva, mi amigo de la infancia se acaba de graduar, información, información, información….
Comencé a darme cuenta de que mientras más veía las redes sociales, más crecía dentro mío un sentimiento agridulce… por un lado me alegraba de los logros de los demás, y por otro lado sentía que cada foto era un recordatorio constante de lo miserable que es mi propia vida.
Y no sé cómo te vaya a ti, pero en lo personal he descubierto que no ver constantemente las redes sociales, me trae alegría y paz. Las uso solo para propósitos promocionales (por mi trabajo) o para dejar palabras de bendición en mi muro, para saludar a quienes cumplen años o reconectar con relaciones que me hacen bien.
Me doy cuenta que de toda la cantidad de contactos que tengo en mis redes, verdaderamente súper pocos son mis amigos. Si mis amigos cercanos necesitan comunicarse conmigo, me buscan por WhatsApp o por texto. No me malentiendas, no quiero decir que las redes sean malas, sino que son solo una herramienta que, por lo general, refleja la intención del usuario.
Fachadas de perfección: Permíteme incluir aquí una definición de Pinterest que llamó muchísimo mi atención y me puso a reflexionar.
“Pinterest es una plataforma en redes sociales impulsada visualmente y diseñada estratégicamente para tener recordatorios continuos, las 24 horas del día, los 7 días de la semana, de que tus hijos no van tan bien vestidos como los hijos de tus vecinos, que tu hogar está decorado de forma desastrosa, que las fotografías que tomas son insulsas y sin arte, que hiciste una tarea terrible en la planificación de tu boda y que vives una existencia tediosa y monótona contrariamente a todos los demás, cuyas vidas son asombrosas en todo momento”.
Las personas presentan su perfección para que todos observemos. Podemos caer en la trampa de la apariencia, cuando en realidad se trata de un cuadro incompleto de una historia real sin filtros, de la que terminamos sintiéndonos horriblemente mal con nosotros mismos.
Log out: Te dejo el desafío de tomarte descansos intencionales de las redes sociales, y ver qué efecto produce esa pausa en tus emociones. Como te contaba, estas pausas a mí me traen alegría, mayor satisfacción y mucha paz.
No necesito saber todo. No pasa nada si no me entero de algo. No necesito publicar cada suceso de mi vida privada.
El hecho de que los demás se enteren de lo bien que lo pasamos en familia, no añade felicidad a lo vivido.
Lo que decido publicar puede ser malinterpretado o producirle frustración a alguien que no está en un buen momento.
Los “me gusta” de la gente no le suman valor a quien soy en realidad, ni definen mi identidad. No dependo emocionalmente de los comentarios o las reacciones de los demás a mis posts. La opinión de Dios es la que me asigna significado.
En conclusión…
Por demasiado tiempo hemos dejado que lo que otros piensan de nosotras nos angustie y nos condicione. Es tiempo de que creamos lo que Dios dice sobre nosotras. Él afirma que somos sus hijas, que nos ama y tiene planes mucho más grandes para nosotras de lo que podemos imaginarnos. Él nos asegura que si está con nosotras nadie podrá hacernos frente. Él asevera que oye cada una de nuestras palabras y está pendiente de nosotras. Dios te ama y dice muchísimas cosas acerca de ti. Busca en la Biblia y repasa cada mañana esas palabras de amor. Te van a sostener y animar a lo largo de todo el día.
Escrito por Carina Valerga – (Fragmento del libro de lecciones Chicas y Chicos)
- Posted by Planeta Girl
- On agosto 23, 2020
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