Siempre digna, nunca indigna
“Déjalo todo en las manos que fueron clavadas por ti” (Elisabeth Elliot)
¿Te has sentido totalmente inmerecedora de la gracia de Dios al mirar tu vida?, ¿Has dudado de tu identidad de hija de Dios, por tus pecados?, ¿Has oído el susurro acusador diciéndote que Dios está enojado contigo? O ¿Has escuchado el susurro de la religión que te habla que mientras más actividades hagas, más aprobada por Dios te sentirás?
Al igual que tú, innumerables veces he luchado con esos y otros cuestionamientos que vienen a mi mente y también con sentimientos que me agobian al pensar que soy indigna delante de Dios, que por mis pecados no me puedo acercar y que solo merezco el castigo y enojo de Dios.
Indigna significa no tener mérito, ni disposición, también significa que es inferior a la calidad y mérito de alguien o no corresponde a sus circunstancias, en otras palabras, que no da la talla o que no está a la altura de una vida cristiana. ¿Te has sentido así: Indigna?
Más Dios en su tierno amor y cuidados, nos repite una y otra vez que él nos mira a través de la obra de Jesús, esto es a través de la cruz y que por ello nos hace Dignas, dignas de vivir para él, dignas del más alto honor, el ser llamadas “Sus hijas”. En él encontramos libertad a nuestra alma y pensamientos, total y profunda paz y un gozo que perdura a pesar de las circunstancias.
18 Porque Cristo murió por los pecados una vez y para siempre, el justo por los injustos, para llevarlos a ustedes a Dios. (1 Pedro 3:18 NBV).
El arduo trabajo de la serpiente es susurrar a tu oído, día y noche: “eres indigna”, y que mereces el castigo de Dios. Ella trata de confundir tu identidad de Hija y alejarte de la verdad.
Más déjame explicarte mi querida amiga, que la dignidad es una cualidad, cuyo significo es honor y que hace a alguien merecedor. Y estas son las buenas nuevas: tú y yo NO somos dignas por nuestros méritos, actividades o vidas piadosas, sino que somos dignas de ser hechas hijas de Dios, por el precioso sacrifico de Jesús, quien murió en nuestro lugar y pagó nuestra deuda, por completo. (¡¡¡Alabado sea por siempre, nuestro redentor Jesús!!!).
14 Él eliminó la prueba acusatoria que había contra ustedes, es decir, los mandamientos de la ley. Esa quedó anulada cuando la clavó en la cruz. (Colosenses 2:14 NBV)
Dios te viste de Dignidad, porque te ama y te llama su hija en quien encuentra deleite, es él quien aleja tus temores y rompe las acusaciones en tu contra.
25 Está revestida de fuerza y dignidad, y no le teme al futuro. (Proverbios 31:25 NBV)
Por lo cual, HOY puedes vivir libre de la voz de tu acusador, puedes ser feliz y caminar confiada, alzar tu cabeza y vivir Digna, nunca Indigna, por la obra de Jesús. Su obra fue perfecta y completa, puedes acceder a ella y con esto cambiar el destino de tu vida, un destino de derrota, desdicha y perdición eterna, por un destino lleno de dignidad, amor inmerecido y gracia, donde no tuvimos que hacer nada, ni pagar por algo, todo lo hizo Jesús, en nuestro lugar.
Por Elizabet Ana Cornejo Gajardo
- Posted by Planeta Girl
- On septiembre 16, 2019
- 0 Comments
0 Comments