Suma y sigue
Es habitual hacer balances de lo bueno, lo malo y lo feo del año anterior, además de plantearnos nuevas metas, para el año que ha comenzado…
¿Cómo fue tu año? ¿Creciste? ¿Aprendiste las lecciones que el Señor te permitió vivir? O ¿Acabas un año sin fuerzas? ¿Desanimada, confundida?, ¿Las cosas no salieron como lo esperabas?…
Estas y muchas otras preguntas pueden invadir nuestros pensamientos, por estos días, y es normal, además podemos meditar: ¿cuál fue nuestro enfoque durante el 2017? ¿Nos centramos en nosotras mismas o vivimos para el Señor? Hoy que estamos casi por cerrar este año, ¿Tenemos palabras de gratitud por todo lo vivido?, ¿Aun por lo malo?, o más bien ¿Hay queja en nuestro corazón? ¿Creemos que nos pasaron muchas cosas injustas? O ¿Qué no merecíamos tantas cosas negativas?, etc…
Que tu corazón cobre fuerzas, en estas palabras del Apóstol Pablo: “…Sigo adelante trabajando, me olvido de lo que quedó atrás y me esfuerzo por alcanzar lo que está adelante, de esta manera sigo adelante hacia la meta, para ganar el premio que Dios ofrece por medio de su llamado celestial en Cristo Jesús”. (Filipenses 3:13-14 NBD)
Muchas veces pensamos que seguir al Señor será color de rosas, y olvidamos que estamos en un mundo caído, lleno de pecado y que en nosotros mismas hay una guerra entre la carne y el Espíritu (Romanos 7).
Por eso debemos iniciar el nuevo año centradas en Jesús, alegres, agarradas de su mano, confiando en su tierno cuidado y creyendo que cada día, con cada circunstancia, el Padre Celestial, estará moldeando en nosotras el carácter de Jesús. Recordémonos a nosotras mismas, que todas las cosas cooperan para nuestro bien, si amamos a Dios (Romanos 8:28).
Sea que hayas tenido un año “difícil” o “agradable” (coloca tu propio calificativo), puedas dar gracias por todo al Señor, dejar atrás lo negativo y tomar la mano del Señor, para que junto a él enfrentes el 2018.
Qué tal si este nuevo año, en vez de fijarte solo metas materiales, tales como; estudio, nuevo trabajo, vacaciones, etc. , (lo cual no es malo en sí mismo), fijas metas que te lleven de manera consciente a invertir más en tu relación con Jesús, sacando tu mirada y enfoque de ti misma, y así vivir los próximos 365 días, centrada en la persona de Jesús, en ser más parecida con él, en leer y amar el libro que nos habla de él, la Biblia, en pasar más tiempo orando, no solo por tus necesidades, sino orando por las necesidades de otros, quizás de tu familia no cristiana, vecinos o compañeros de trabajo u escuela, o tal vez orando por los misioneros, por la iglesia perseguida, y por los lugares donde aún no se conoce el evangelio, etc., (sé que puedes hacer una mejor lista).
Vamos, anímate querida amiga, iniciemos el nuevo año, con una actitud distinta, eligiendo confiar en el Señor, dejando el pasado atrás, olvidando lo malo, y mirando hacia adelante, centrando tu mirada en Jesús, autor y consumador de nuestra FE. Solo así podrás vivir el nuevo año, segura y confiada, venga lo que venga, pase lo que pase.
Entonces, no esperes más, hoy mismo, ¡¡¡suma y sigue!!!… ¡¡¡2018 vamos con fuerza!!!
Por Elizabeth Ana Cornejo Gajardo
- Posted by Planeta Girl
- On enero 2, 2018
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