Soy fiel creyente que la época de fin de año es tan especial que, hasta se siente un aroma diferente en el ambiente. Los atardeceres, el frío, las celebraciones, los sentimientos sin duda nos envuelven en una magia que nos invita a creer y amar más. Sin embargo, puede que esto se vea un poco diferente para aquellos que hemos perdido a un ser querido.

Esta temporada tiene el poder de mover emociones que nos recuerdan tanto los buenos momentos como los malos. La nostalgia y tristeza pueden convertirse en nuestras consejeras y recordarnos constantemente el dolor de ya no tener a aquellos a quienes amamos. No voy a negar que es duro vivir las primeras navidades sin ellos, el peso de la tristeza puede ser muy grande. Sin embargo, sí es posible disfrutar de un tiempo especial aún en medio del dolor.

Hay una canción que me ayudó mucho en el primer año de duelo. Una de sus frases dice: “en el dolor me recuerdas la verdad: tu amor me sostendrá”.  ¡Tu amor me sostendrá! La destaco porque creo que sutilmente se ha dispersado la ideología del “yo”. Pensamos que nosotros mismos nos podemos consolar, ayudar, sanar, etc. No obstante, tú y yo, fuimos creadas para vivir en comunión. Jesús mismo prometió que estaría con nosotros hasta el fin del mundo.

Entender que Dios antes de ser juez es padre, me permitió conocer una parte noble y consoladora de su carácter. A veces, podemos pasar por alto palabras que vienen directo de su corazón y promesas, como recordar que el Espíritu Santo es el consolador por excelencia, son claves para los momentos duros de nuestra vida.

Uno de los errores que muchas veces cometemos, es pensar que porqué creemos en Dios no vamos a pasar por momentos difíciles y de dolor. Sin embargo, en Isaías 43 encontramos una palabra preciosa que nos promete que, aunque pasemos por fuego, por agua, por temporadas complicadas, él estará con nosotras. Y esto también pasará.

Con esto no pretendo manipular tu dolor, más bien invitarte y animarte a que permitas que sea Dios quien transforme tu duelo en esperanza. La Biblia dice en una de las bienaventuranzas (Mateo 5) que somos dichosos los que lloramos, porque seremos consolados. Querida amiga, ¡No estás sola, déjate consolar por tu papá! Dale la oportunidad que cambie tu lamento por gozo y te muestre su versión del duelo: resurrección en Cristo Jesús. Tu ser querido aunque murió aquí vive en la eternidad. Disfruta esa promesa que él nos da.

Referencias:

• Tu amor me sostendrá de Majo&Dan
• Mateo 5:4

Escrito por: @maferjordan9