Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar. No te dejes impresionar por tu propia sabiduría.
En cambio, teme al Señor y aléjate del mal. 

Proverbios 3:6-7

Tenemos que creer que los caminos de Dios son siempre verdaderos, sin intentar hacer cosas por nuestra propia cuenta o llevar a cabo nuestras propias reglas.

Este es un gran desafío porque debemos confiar plenamente en la voluntad del Señor y creer con todo nuestro corazón que los caminos que nos señale serán los perfectos para nuestra vida.

Pero para que podamos experimentar esto, primero debemos reconocer a Dios en cada área de nuestras vidas. Dejar a Jesús como ocupante del primer lugar, como nuestro salvador, como Señor para que nos gobierne por completo, como nuestro Padre celestial y como Espíritu santo, nuestro consolador.

Entonces, debemos reconocerlo como aquel que nos satisface todas nuestras necesidades y como Señor de toda nuestra vida.

Esto significa, que, nuestros relacionamientos, nuestro trabajo, nuestras actividades, nuestras finanzas, nuestro hogar, nuestro cuerpo, estudio, el enfrentar un noviazgo, futuro matrimonio, etc, todo debe estar en sus manos para que Él lo dirija.

Como hijas de Dios debemos ver la gran importancia que hay en buscar la voluntad de Dios en todas las cosas que hagamos, y confiar plenamente en que Él nos mostrará el camino, la garantía que tendremos con esto, es que Dios no se equivoca y siempre tiene lo mejor para nosotras.

¿Pero cuál es el peligro?, es que muchas veces confiamos en la “sabiduría” que podamos tener, nos dejamos impresionar por ella y como consecuencia nos lleva a tomar malas decisiones porque dejamos a Dios fuera.

La palabra nos aconseja: aléjate del mal, teme al Señor, no te dejes impresionar por tu propia sabiduría o por lo que tú estimes conveniente, y busca su voluntad…

 Él nos mostrará el camino que debemos tomar.

¿Existe algún punto en tu vida que no esté 100% puesto en las manos de Dios?

Si es así, dile al Señor: “Señor, te invito a que tomes el control de esa área de mi vida”, si no tienes certeza de cómo está tu vida respecto a las prioridades o decisiones que debes tomar, pídele al Señor que te muestre, y de seguro Él lo hará.

Cuando percibas que en tu vida hay áreas en las cuales Dios no es Señor, ora: “Señor, te reconozco a ti en esta área de mi vida, y te pido que reines en ella”.

Quiero reconocerte no solo como mi salvador, que es algo maravilloso, sino también como Señor en todo lo que hago, para que pueda honrarte y servirte, gracias por que tú te comprometes a dirigir mis pasos y ha enderezar mis caminos”.

No tengas temor de los caminos que Dios ponga por delante, no tengas temor de su voluntad, el confiar en Él nos indica que debemos dejar de lado nuestras voluntades y nuestra propia manera de decidir confiando con todo nuestro corazón en su voluntad que es BUENA, AGRADABLE Y PERFECTA.

¡Gloria a Dios!, sin duda podemos confiar en la seguridad que nos brinda nuestro Padre celestial, sus brazos nos abrazan y nos guían.

Es tiempo de mirar hacia el interior de nuestras vidas y ver si realmente Cristo está siendo el centro y Señor de todo lo que hacemos y de nuestra manera de vivir, no nos engañemos creyendo que por el echo de tener un compromiso activo con la congregación, estamos en la voluntad de Dios o siendo guiadas por Él, Dios nos está llamando a un camino más excelente, ese que nos hace sacar nuestras manos y nuestras opiniones, para que sea sólo Él, nuestro Padre quien nos muestre el camino en que debemos andar.

Por Karen Quiroz