No pierdas la esperanza
La primera vez que leí esta frase fue en un libro titulado Cuando lo que Dios hace no tiene sentido y sentí una respuesta inmediata de parte de Dios a tantas preguntas sin respuesta como el por qué Dios permite que nos pasen ciertas situaciones. Sí, esas situaciones que solo nos muestran tiempos difíciles, cuando nada tiene solución aparente, cuando comenzamos a sentirnos frustrados y molestos con Dios… Es allí que nuestra amistad con Él empieza a desvanecerse, el amor se marchita y con las cenizas no basta para reconstruir una vida hecha pedazos, pero déjame decirte en este día que he aprendido que la adversidad agota nuestros recursos personales y nos obliga a depender de Dios.
Sé que no entendemos todo lo que sucede a nuestro alrededor: desastres, accidentes, tragedias, separaciones, porqué gente que amamos está enferma, por qué quien no debería morir… muere prematuramente, tampoco entendemos el por qué de tanta injusticia, el por qué de la infertilidad o el por qué los malos parecen salirse con la suya y los íntegros se sienten frustrados porque no logran sus sueños… porque nadie te entiende como tú quisieras.
¿Por qué… por qué… por qué? No sé cuántas preguntas más añadirías a la lista y definitivamente no tengo las respuestas, pero lo que sí tengo es la evidencia de que Dios está haciendo algo para nuestro bien y no me tiene que explicar el porqué de todas las cosas sino leamos Proverbios 25: 2a NBV que dice “…gloria de Dios es ocultar un asunto”. Así que, no pretendamos ser el jefe o el capitán de nuestro barco porque el dueño y el dador de vida es Dios.
Aun cuando no entienda nada y le pregunte ¿Por qué a mí, Señor? Su respuesta será: “Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos —afirma el Señor—. Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tierra!” Isaías 55:8-9. El mismo Salomón con toda su sabiduría escribía en Eclesiastés 2:23 “…Todos sus días están plagados de sufrimientos y tareas frustrantes, y ni siquiera de noche descansa su *mente. ¡Y también esto es absurdo!”
Indefectiblemente todos nosotros nos vamos a topar con tormentas, las que ocasionamos nosotros mismos por nuestra terquedad, las tormentas que vivimos para fortalecernos o las tormentas a las que nos arrastran otras personas. Pero sea cual sea la causa o la razón de esas tormentas, no podemos hundirnos tomando decisiones apresuradas, buscando una salida fácil, dependiendo de otras personas y haciendo lo que los demás hacen o actuando según las circunstancias y sin Dios.
Así que, cuando piensas que todo está perdido, en realidad no lo está porque queda un round más por pelear… ¡LEVÁNTATE, mírate al espejo y di: DIOS NO HA ACABADO CONMIGO! Lo último que podemos perder es la esperanza, Él no te defraudará… Nunca antes lo ha hecho y mucho menos lo hará ahora.
« que servirá de cobertizo, para dar sombra contra el calor del día, y de refugio y protección contra la lluvia y la tormenta.» Isaías 4:6 NBV
Dios permite las tormetas para formar nuestro carácter, nunca sabremos lo que va a salir de nosotros y de lo que estamos hechos, hasta que no estamos en agua hirviendo. Tu fe tiene que estar más firme en la roca aun en medio de las tormentas de la vida, sufras las penalidades que sufras, tengas el choque emocional más fuerte de toda tu existencia… No trates de ahogar tus problemas porque ellos van a nadar y el único que se ahogará serás tú. Más bien, llama al Salmo 50:15 y verás que “Invócame en el día de la angustia; yo te libraré y tú me honrarás.«.
Siempre van a haber contradicciones en nuestras vidas porque Dios no piensa como nosotros, no es que haya puesto punto final a nuestra existencia, sino que tan solo ha decidido poner una coma. Él tiene un as bajo la manga y lo bueno de todo esto es que la esperanza que tenemos es que al final, el destino que tiene para ti y para mí es de bien y no de mal. Cada vez que Dios me ha dicho «Confía en mí»… Yo le he creído y eso me ha sostenido para tener esperanza.
Te animo a mirar cada nuevo día de vida como un milagro. Job decía: “Dios podría matarme, pero es mi única esperanza; voy a presentar mi caso ante él” Job 13:15 NTV Así que no te dejes morir ni cierres tus oídos al consejo divino, antes bien… vacúnate con confianza en Dios y persevera. No te separes de Él por más que sientas ganas de meter la cabeza cual avestruz bajo tierra, sino que en tu momento de mayor desesperación debes saber que Dios te sostiene firmemente y te atrae a su mismo corazón.
No nos podemos cansar de orar aun si sentimos que nuestra oración no tiene respuesta, está fortaleciendo nuestro ser interior y nos está llenando de esperanza. Hay circunstancias mías que aún no tienen respuesta y puede que me hayan desanimado por un tiempo… hasta que comprendí que debo volverme a la esperanza en Dios porque todos me pueden fallar, pero Dios nunca lo hará.
“Llenos de angustia, oraron a Dios, y Él los sacó de su aflicción; calmó la furia de la tormenta, y aplacó las olas del mar. Cuando se calmó la tormenta, ellos se pusieron muy contentos y Dios los llevó a su destino. ¡Demos gracias a Dios por su amor, por todo lo que ha hecho en favor nuestro!” (Salmo 107:28-31)
- Posted by Planeta Girl
- On agosto 14, 2017
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