Princesa Guerrera
“No son mis deseos los que debo obedecer, sino la voluntad de Dios; no es para agradarme a mí que debo vivir, sino para agradar a Dios; no es en mí misma y en mis capacidades que debo confiar, sino en el poder y la sabiduría de Dios; no es mi propia gloria la que debo buscar, sino la gloria de Dios”. – S. Michelén.
Todas hemos crecido admirando a esas hermosas princesas de “Walt Disney World”, cuya apariencia es perfecta, lucen preciosos y delicados vestidos y siempre, pero siempre, encuentran a un apuesto príncipe, que las rescata de su realidad y así viven felices por siempre.
A diferencia de esas princesas, muchas veces tu mundo no está rodeado de divertidos colores, dinero, vestidos, maquillaje perfecto, animalitos que cantan y bailan al compás de una dulce melodía, y quizás tampoco has encontrado a un príncipe azul que te rescate.
¿Cuántas veces luego de ver esas películas, te has preguntado ¿Y yo cuándo?, ¿Por qué no soy una de esas princesas?, o bien ¿cuántas veces has anhelado tener una vida como la de ellas? Y hasta ¿has sentido pena por ti misma al compararte con esas “perfectas y hermosas princesas”?
Hay algo que quizás no tengas claro o hayas olvidado, una verdad que, si atesoras en tu corazón, te alentará en momentos difíciles y te fortalecerá en medio de la tormenta y es Tu VERDADERA IDENTIDAD…¡TU TAMBIEN ERES UNA PRINCESA,SI, leíste bien, ERES UNA PRINCESA y no cualquier princesa, Tú eres una princesa real, de carne y huesos y no de ficción, ERES UNA PRINCESA GUERRERA… ¿Cómo así?: Eres hija del Rey del Universo, él es tu Padre y creador, por eso puedes ostentar con toda seguridad, el título de PRINCESA AMADA POR DIOS.
(Salmo 139:13 “Tú creaste las delicadas partes internas de mi cuerpo y me entretejiste en el vientre de mi madre.” NTV)
Dios no te regaló flores, obsequios, o un diamante para demostrarte su amor, pero en la cruz te entregó la mayor, más grande y duradera prueba de amor, que jamás existirá, por esto no fue necesario otorgarte “cosas”, porque la sangre de Jesús es la prueba viviente y real de un amor tan puro y sincero, que jamás encontrarás, ni podrás comparar, ni igualar, con otro.
¡Como Princesa de Dios, estás en este mundo para pelear! Así es, para pelear contra tus deseos pecaminosos, pelear para no dejarte llevar por la corriente de este mundo, pelear contra la distracción, el desánimo, las dificultades y hasta pelear en contra de la religiosidad que te acecha. Pero ten claro, que esta lucha no es en tus fuerzas, sino en las fuerzas del Señor, en él eres más que victoriosa. Desde una identidad clara y confiada en Dios, tienes la victoria segura, no siempre el camino será color de rosas (fácil), pero si confías que Dios es contigo, nada te derribará.
Eres una princesa guerrera equipada para agradar a Dios, lista para vivir y cumplir su voluntad, para establecer su reino aquí en la tierra, para glorificarlo en todo y lista para anunciar las buenas noticias de ese precioso rey Jesús, que un día regresará y ahí sí que vivirás para siempre feliz.
Princesa, ¿Estás lista? Entonces:»¡Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado! ¡La gloria del Señor brilla sobre ti! (Isaías 60:1 NVI)
Por Elizabet Cornejo Gajardo
- Posted by Planeta Girl
- On marzo 11, 2019
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