Bye Bye estrés
«Cuando la presión y el estrés se me vienen encima, yo encuentro alegría en tus mandatos» (Salmos 119:143 NBV)
¿A quién no le ha pasado estar a punto del surmenage?
Existe tal tensión y presión en nuestras vidas, que se nos cruzó por la mente visitar un psicólogo porque sentimos que estamos más rayadas que un cuaderno de primaria. En el trabajo las cosas no salen como uno espera, en la casa aparecen problemas inesperados, no tienes cuándo salir de tu oficina y sientes que llevas el trabajo a tu casa con computadora incluida y en la cama, no logras conciliar el sueño, te sientes abrumada por las numerosas tareas que te dejan… Queridos amigas, bienvenidas al mundo de los adultos.
Cuando era pequeña, soñaba ser cómo Jenna Rink (De la película “Quisiera tener 30”), pero ahora que ya llegué a la base tres, quiero que los años pasen más lento… Lo cierto es que, cuando somos niñas no tenemos preocupaciones, pues simplemente vivimos, respiramos, reímos y nos divertimos en el proceso, jugamos a la vida, pero mientras vamos creciendo en edad, también van creciendo las responsabilidades.
Los ojos enrojecidos son muestra que no dormimos lo suficiente, el monstruo de la rutina nos maneja a su antojo con control remoto. Tenemos el botón de encendido con alarma del campanario, tenemos el botón para ducharnos, el botón de cafeína para que el oscuro y delicioso olor a café nos quite el pijama de los ojos. Sí, las ojeras nos delatan… “Todas las cosas hastían más de lo que es posible expresar. Ni se sacian los ojos de ver, ni se hartan los oídos de oír” Eclesiastés 1:8 NBD
¿En qué momento dejamos que el estrés y la presión nos hagan sus esclavas? ¡No tenemos por qué servirles! Es tiempo de descargarnos, y de liberar el espacio de nuestro “disco duro” para eliminar la información corrupta de la preocupación, el estrés y la rutina.
1 Pedro 5:7 NBV nos dice «Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.»
Te pregunto, ¿alguna vez Dios te ha fallado? ¿No, verdad? Entonces, ¿no será mejor que confiemos en Él, en vez de confiar en nosotros mismos? Sé que todas tenemos preocupaciones, pero como lo dice la misma Palabra: Te PREocupas, es mejor POSocuparte. Es decir, descargarte con Dios y que sea Él quien se ocupe de todos tus asuntos”.
Los seres humanos tendemos a agrandar las cosas y nos PREocupamos antes de tiempo… Esa es una TAG (Trastorno de Ansiedad Generalizado) cuando algo te comienza a atacar el alma y el cuerpo, generando sudor, taquicardia, dolor de espalda, etc. Piensas que algo malo va a suceder, piensas en negativo y finalmente acontece.
Por ello, que te parece si vamos al “Doctor de Doctores” para que nos dé una receta anti estrés y así mate al virus de la rutina de una vez y para siempre.
Por la mañana… una dosis de «Encuentra tu verdadera alegría en Dios». Cinco minutos para des-estresarte y entregarle toda preocupación a Él. Sí, entregarle una a una y no te guardes nada. Acuérdate que la Biblia dice “deposita tu ansiedad”; entonces tenemos que ir al banco del cielo a hacer esos depósitos de ansiedad y retirar intereses de paz.
«Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él actuará» (Salmos 37:5 NBV)
Por la tarde… Masajes relajantes. Un par de minutos para eliminar todos tus nudos mentales y las contracturas musculares. ¿Cómo tomas la dosis? Con un vaso mega gigante de agua divina, súper revitalizadora y refrescante traída para ti por tu mejor amigo, Jesús.
«Como frescura de nieve en día de verano es el mensajero confiable para quien lo envía, pues infunde nuevo ánimo en sus amos.» (Proverbios 25:13 NBV)
Si el nudo no se quiere ir de tu espalda y sientes que tu jefe o profesor es el diablo porque hace de tu vida un infierno y que la oficina o el salón de clase te queman, enciérrate en el baño por un pequeño momento o en un lugar en el que puedas pedirle al Doctor PAZ, gárgaras de refuerzo.
Por la noche… Entierra y olvida lo que pasó durante el día. No te lleves las preocupaciones a la almohada porque tu cabeza se convertirá en una piedra, te harán una cabezona y te hundirás. El estrés es un gordo que no puede dormir junto a ti pues si eso sucede, te aplastará. Descansa, cierra tus ojos, apaga todo… celulares, televisores, computadoras y disfruta de tu familia. Recuerda que el pasado no lo puedes cambiar, pero sí puedes mejorar tu presente.
«Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; 9 perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos» (2 Corintios 4:8-9 NBV)
Con este tratamiento de por vida te aseguro que el estrés se irá y vendrá la paz de Dios.
- Posted by Planeta Girl
- On julio 17, 2017
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