(Basado en la Plenaria impartida por Cris Acuña en la Conferencia Virtual Planeta Girl).

Como hijas de Dios hemos sido llamadas a ser influencia en este mundo, no sin antes ser conscientes, de lo importante que es primero liderarnos a nosotras mismas. En otras palabras, auto liderarnos es el primer paso para liderar a otros.

Proverbios 16:32 Dice “Es mejor ser paciente que poderoso; mejor es dominarse a sí
mismo que conquistar una ciudad” (NBV).

¿Cómo podemos liderar nuestra vida?

1. Trabaja constantemente en tu identidad como hija de Dios.
Esto se logra enfocándote en tus valores ya que tus valores te informan acerca de tu esencia y ellos dirigen tus acciones.

Haz un listado de aquellos valores que tienes y ves en la Palabra de Dios reflejado en tu vida; entre todos ellos, escoge los 5 que consideres más importante para ti. Luego, haz un listado de acciones que puedes tomar basado en esos valores. Por ejemplo, si uno de tus valores es el servicio, una acción que puedes empezar a hacer es compartir con alguien con quien nadie habla y servirle.

2. Honra el diseño de Dios en tu vida.
Esto es ser auténtica. Dios nos hizo diferentes, cada una con sus dones, talentos y personalidad. Tenemos un diseño propio y único y al no desear ser mas que tu misma, honras el diseño de Dios en tu vida.

En Samuel 17 vemos el ejemplo de Saúl y David. Al David intentar ponerse la armadura de Saúl, no pudo tolerarlo y prefirió pelear sin armadura contra Goliat aceptando su diseño y conociendo quien era él en Dios, sin compararse o querer ser como los demás.

Dios trazó un camino específico para ti y te ve con propósito tal cuál como él te diseñó.

3. Prepárate para las oportunidades.

Eclesiastés 9:11 nos recuerda esto. A todos les puede llegar su momento. La pregunta es ¿Cuándo llegue la oportunidad de Dios para ti, te encontrarás lista? Recuerda que aunque puede que no siempre estés completamente lista, en lo que de ti dependa, puedes desde ya empezar a prepararte y capacitarte.

4. Rodéate de mentores o mentoras.

Los mentores nos ayudan a crecer y son personas a quienes podemos rendirle cuentas.

Una vez encuentres a esas personas, hazles preguntas, ríndele cuentas y acepta su retroalimentación para que puedas seguir creciendo en tu caminar y liderazgo.

5. Sé ejemplo sin darte por menos.

1 Timoteo 4:12 dice: “Que nadie te menosprecie por ser joven. Pero sé ejemplo de los fieles en la forma en que hablas y vives, en el amor, en la fe y en la pureza”
(NBV).

Tu edad no te define para servirle a Dios pues quien te define es Jesús y sus valores en tu vida. Por lo tanto, no veas tu edad como una limitante mas bien mírala como una oportunidad y sé ejemplo en tu manera de hablar, en lo que dices, en lo que haces, con acciones de amor, en fe siendo fiel a Dios y en pureza en tu caminar cristiano.