Para la mayoría de las solteras, es un arduo trabajo encontrar contentamiento en su soltería, debido a que muchas veces, ellas mismas son sus peores enemigas, ¡Lamentable, pero cierto!, ya que abrigan pensamientos de menosprecio, culpa o auto condenación por su estado de soltería (he recorrido ese sendero, ¡Se de lo que te hablo!, ¡Te entiendo!).

NO permitas que tu vida se escurra frente a ti, vive al máximo cada día que Dios te regala,

¿Estás leyendo estas líneas? Entonces es porque Dios te dio vida, salud, e incluso internet y muchas otras cosas más para que puedas estar hoy aquí.

¿Tienes comida, salud, familia, amigos, ropa, un hogar, etc.? O aunque te hagan falta muchas de esas cosas e incluso personas, tienes a Jesús en tu corazón y eso es más que suficiente.

Entonces: ¿Cómo no cultivar un corazón profundamente agradecido a Dios? ¿Vivirás reclamando por lo que no tienes? O ¿En cambio vivirás alabando por lo que si tienes?

No me mal intérpretes, con esto no digo que te olvides o cierres tu corazón al anhelo de casarte, en cambio apunto a que puedas enfocarte correctamente en tu Señor, cumplas su propósito, vivas para él y no para ti, Él conoce perfectamente lo que te hace falta y si le permites, él escribirá tu historia, pero para su gloria. Jesús garantizó que estaría con nosotras TODO el tiempo, hasta el FIN, entonces NO estarás sola jamás.

En su palabra encontramos las instrucciones perfectas, para vivir correctamente:

• Estén siempre contentas.
• Oren en todo momento.
• Den gracias a Dios en cualquier situación.

(1 Tesalonicenses 5:16-18 NBV)

• No se angustien por nada.
• Oren; pídanle a Dios en toda ocasión y
• Denle gracias.

Y la paz de Dios, esa paz que nadie puede comprender, cuidará sus corazones y pensamientos en Cristo. (Filipenses 4:6-7 NBV)

¿Te cabe alguna duda que Dios desconocía que la soltería podía ser un periodo difícil? Por supuesto que NO, por eso nos dejó su palabra y a su Espíritu Santo, para guiarnos, consolarnos y darnos contentamiento durante la espera.

Por último, hermanas, piensen en todo lo que es verdadero, todo lo que es respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es digno de admiración; piensen en todo lo que se reconoce como virtud o que merezca elogio. (Filipenses 4:8 NBV)

Amiga mía, ¡Aprovecha tu soltería! Ya que, si Dios te añade un esposo, este tiempo de soltería jamás regresará. Expande tu capacidad de amar, ¡Contagia Amor!; abraza, sirve, entrega con alegría y aprecio.

Hoy nos encontramos en nuestros hogares 24X7, impedidas de salir a la calle, aún así hay muchísimo trabajo por hacer, tienes la oportunidad de ser los brazos, las manos y la boca de Jesús, por ello, ora y pídele al Señor que te de ideas y formas creativas en como servir a tu familia, comunidad y congregación.

Puedes comenzar por sumergirte más profundamente en la palabra, estúdiala, escudríñala, memorízala, órala, para que tus pensamientos sean transformados, aparta buenos periodos de oración y ayuno, lejos de las actividades y el ruido, además de esto, también puedes: llamar por teléfono a personas viudas o adultos mayores, enviar mensajitos de ánimo a hermanos cuya FE esté flaqueando, llama para orar y bendecir a aquellas personas que conoces y que están con COVID, etc.

Pero también puedes; crear, escribir, pintar, organizar, aprender algún oficio nuevo o quizás un idioma, practicar repostería, ahorrar para un viaje misionero, leer diversos libros que te edifiquen, etc.,  ¡Creo que la lista es larga! Y sé que a ti se te ocurrirán otras cosas por realizar.

Ocúpate de este tiempo y entrega tu soltería a Jesús, ¡Disfruta el camino!, llena tu corazón de Cristo, de su plenitud y vacíalo de esos pensamientos de desesperanza o desgracia.

Entonces, este tiempo de Pandemia, ¿Contagiaras amor?

Alaba a tu Señor, porque te rescató de la profunda soledad y hoy te llena de esperanza, gozo y plenitud, bendice al Señor por su continua misericordia contigo. Amiga, seca tus lágrimas  y brilla para Jesús, aún en cuarentena.

¡Oh Señor, te alabaré con todo el corazón, y le contaré a todo el mundo las maravillas que haces!  Me alegraré, sí; por ti estaré llena de gozo. Cantaré tus alabanzas. (Salmo 9:1 NBV)

Escrito por: Elizabet Cornejo Gajardo.