El Dios que me cuida
Salmo 121 nos dice: “A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda?
2 Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra.
3 No permitirá que tu pie resbale; jamás duerme el que te cuida.
4 Jamás duerme ni se adormece el que cuida de Israel.
5 El Señor es quien te cuida, el Señor es tu sombra protectora.
6 De día el sol no te hará daño, ni la luna de noche.
7 El Señor te protegerá; de todo mal protegerá tu vida.
8 El Señor te cuidará en el hogar y en el camino, desde ahora y para siempre.”
No puedo describir lo que mi corazón siente al leer este salmo pero puedo afirmarte con seguridad que hay alguien mucho más grande que tú, y mucho más alto que esa gran montaña de problemas que se ha levantado en tu vida. Desde el cielo Dios mira las montañas, mira el mundo entero pero solo se enfoca en ti: “Tú eres su punto de enfoque, tú eres el amor de su vida… Él es tu protector”. ¿Qué hermoso, verdad?
Recuerdo que de pequeña tuve la muñeca ángel de la guarda y mi mami, al acostarme, hacía que escuchara sus dulces palabras… y yo dormía como una bebe. Es más, al recordarla siento una tranquilidad embargadora. Y te preguntarás ¿por qué?, si era una simple muñeca. La respuesta es sencilla: La naturaleza humana siempre busca protección; es decir, necesitamos sentirnos protegidas. El enemigo aprovecha esa situación y nos hace pensar que Dios ya se adormeció para nosotros, que nos ha olvidado… que no nos protege, ni nos cuida.
No sé como te sientas en estos momentos, quizás quisieras que el mundo te borre o que pasen “liquid paper” sobre tu nombre. ¿Has pensado esconderte donde nadie te encuentre? ¿Hacer un viaje a tierras desconocidas donde nadie te conozca? Sea cual fuera tu deseo, déjame compartir contigo una verdad que ni el diablo mismo puede borrar: “Dios no te olvida, en Él tienes un escondite perfecto… el hueco de su mano”.
¿No lo has percibido? Dios mismo te cuida en este momento, Él es tu sombra protectora: “Yo, el Señor, soy su guardián; todo el tiempo riego a mi _____________ (coloca tu nombre) Día y noche cuido de ella para que nadie le haga daño.” Isaías 27:2 NBV
Quizá no te has dado cuenta porque estás más enfocada en el ruido de tus problemas … Es necesario que tranquilices tu corazón y escuches lo que Dios tiene para ti: “Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios…” Salmo 46:10 NBV
Hace algunos años decidí hacer un viaje con dos amigas, nos íbamos a Pucallpa. Como queríamos conocer la zona, decidimos viajar por vía terrestre y faltando unos cuantos kilómetros para llegar a nuestro destino, unos facinerosos interceptaron el ómnibus en el que viajábamos en un lugar llamado “la garganta del diablo”. ¿Curioso, verdad? No fue casualidad…
Esos hombres se acercaron con rifles hacia las ventanas y tres de ellos irrumpieron dentro… Eran las cuatro de la madrugada, todo estaba oscuro. Sus rostros estaban cubiertos con unos pasamontañas y nos obligaron a bajar. ¡Era un asalto! Solo escuchábamos groserías en las que los delincuentes nos pedían que bajáramos pronto del autobús. Nos empujaron para recostarnos sobre la tierra húmeda pues la noche anterior había llovido y empezó lo que temíamos… la revisión de cuerpos con el fin de buscar dinero y así robar todo lo que tenían a su alcance. En esos momentos, muchas ideas pasaron por nuestra mente: oraciones silenciosas y salmos de protección.
Los minutos se hacían interminables y los nervios empezaron a llenar mi mente, solo alcanzábamos a escuchar insulto tras insulto. Una joven que estaba al lado nuestro, empezó a sollozar, cuando llegaron a nosotras ni nos tocaron… se pasaron de largo… ¡Ni siquiera nos vieron porque estuvimos escondidas y Dios nos cuidaba.
Escuchamos balas, gritos de pavor de algunas mujeres pero a nosotras nada nos pasó. Sí, hubo heridos, muchos pasajeros perdieron objetos de valor y vuelvo a repetir… pero a nosotras nunca nos hicieron nada. Dios nos estaba protegiendo porque tenemos un propósito que cumplir y no nos puede pasar nada hasta que ese propósito no se cumpla en nuestras vidas.
Han pasado los años y al recordar con mis amigas esa noche, simplemente nos reímos, miramos al cielo y decimos: “Nuestra ayuda siempre viene de Dios…”. A veces uno cree que ello solo sucede en las películas de acción pero nos sucedió a nosotras y las tres podemos decir que Dios es real y nos ama con tal profundidad que nos hace invisibles al mal. ¡No hay por qué temer!
Quizá en estos momentos algún enemigo se ha levantado para contar 1, 2,vienen por ti…. y luego decirte: “No hay lugar donde te puedas esconder, voy a llegar a hacerte daño, te voy a destruir porque te detesto”. Déjame decirte que te está mintiendo de la forma más absurda. Ese problema no sabe de tu escondite ni siquiera se lo imagina… pero ¡Shhh! No se lo digas a nadie… al final tú ganas. ¿Sabes por qué? Sí, porque estás escondida en el hueco de la mano de Dios, Él te cuida.
Comparte con nosotras los momentos donde te has sentido cuidada por Dios.
- Posted by Planeta Girl
- On junio 19, 2017
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