Recuerdo que mi mamá me repetía esta frase constantemente justo cuando comenzaba una relación con quien en ese entonces era mi novio. Cada que me lo decía, sentía como si mi mamá estuviera deseando que mi relación no prosperara, que nunca me casara y que no fuera feliz, o sea, sentía que mi mamá me estaba echando todas la vibras negativas, jeje

Déjame decirte que mi maravillosa relación duró 5 meses y terminamos, obviamente terminé lastimada, herida, confundida y hasta enojada con Dios, pero las palabras de mi mamá seguían haciéndome ruido!

Todo esto me llevó a entender este versículo en mi vida: “Dios lo hizo todo hermoso para el momento apropiado. Eclesiastés 3:11”

Aprendí éstas 3 cosas en cuestión a las relaciones:

1. Dios lo hace en el momento apropiado

Muchas veces nos aferramos a vivir para lo que aún no estamos listas, o no es el mejor momento para vivirlo y después terminamos viviéndolo las consecuencias de apresurar nuestras decisiones. Sé que muchas veces nos cuesta esperar y ser pacientes pero déjame recordarte que el tiempo de Dios es perfecto, así que si estás en espera de esa relación, no te apresures, Él sabe cuándo estás lista para vivir esta etapa.

2. Dios lo hace todo hermoso

Cuando yo decidí tener esa relación, terminé siendo alguien que no era, simplemente por mantener esa relación, pero las relaciones de Dios llegan sin pelear, sin fingir, sin mentir, sin perder tu identidad, sin presionar porque cuando Dios hace, lo hace hermoso y lo hace bien. Si estás en una relación y has vivido alguna de estas cosas, tal vez no es lo que Dios ha planeado para ti.

3. Lo que Dios tiene para ti, nadie te lo puede robar

Si Dios te ha prometido algo o ha planeado algo para ti, nada ni nadie te lo puede quitar, los planes de Dios siempre se cumplen, así que no tienes que aferrarte a nadie ni pelear a nadie para que no te lo quiten, si esa persona es para ti, llegará el momento en que Dios te lo dé y va a ser el mejor momento para ambos.

Me costó mucho tiempo y muchas caídas aprender esta lección, pero hoy soy fiel testigo de ello, después de muchos años, hoy vivo casada con ese hombre increíble con el que había terminado, pero vivo mi vida recordando eso: Lo que es de Dios permanece, lo que no, se desvanece y lo aplico a muchas áreas de mi vida y espero que ese consejo, hoy también te pueda ayudar a confiar y descansar en los planes de Dios para ti.

Por Katia Ost