Yo en Él y Él en mí.
Los humanos estamos diseñados para vivir en comunidad y crecer rodeados de personas. Dios nos hizo así porque su fin por excelencia es tener una gran familia donde él sea nuestro Padre.
Cuando nacemos aprendemos los códigos de conducta y comunicación de esas personas que nos rodean. Lo interesante y divertido es que cada cerebro lee cada estímulo de una manera diferente, parecida, pero diferente y “mágicamente” esta lectura de la realidad se entrelaza con el espíritu y se forma la personalidad. Por eso te pareces en algunas cosas con algunas personas y en otras cosas con otras pero no eres igual a nadie. ¡Y qué bueno! Sino sería muy aburrido.
Por ejemplo, mis mejores amigas de la adolescencia no pueden ser más diferentes, una de ellas necesita estar organizando fiestas y reuniones sociales, siempre está buscando oportunidades de juntar a sus amigos. Interesantemente le gusta la contabilidad y administración. Mi otra amiga, es una artista, ella cose, teje, pinta, construye elementos de decoración, y le gusta estar en quietud, en silencio, tener tiempo en su propia mente. Sin embargo éramos las tres mosqueteros, siempre juntas para todos lados, respetábamos los tiempos de cada una y sus peculiaridades y éramos más fuertes por ser diferentes.
Ese es mi punto, ¡Dios nos creó así! No manipula el resultado, él no dice cómo vas a ser, pero proveyó los elementos para seas única. Te dio un espíritu único y te dio un cerebro que nadie usó antes y naciste en un lugar específico que no puede ser reproducido jamás. Y entonces tú eres el resultado de esa oportunidad.
Yo sé, podríamos hablar por horas acerca de las ventajas y desventajas de tu vida, pero el punto a destacar hoy es la importancia de ser quién eres, y la oportunidad de entregar este ser único en las manos de Dios, para que te use en lo que nadie más puede ser usado.
En el seminario de Planeta Girl hablamos de la obra del Espíritu Santo y de lo espectacular puede llegar a ser nuestro carácter si nos dejamos influenciar por él. Porque aunque hayan pasado muchas injusticias, o hayas vivido entre almohadones siempre el Señor tiene un plan para ti y permanece fiel. Romanos 3:3-4.
Nos da un cuerpo provisorio pero un espíritu eterno. El cuerpo puede llegar a no ser el que hubieras escogido, quizás tengas alguna discapacidad que te hace sentir inferior, pero la belleza de tu carácter, es la que perdura para siempre y el Espíritu Santo quiere agarrar tu singular personalidad y hacerla brillar donde sea que vayas. Esa es la hermosura de nuestro Dios que le da sentido a todo lo que hayas pasado y te hace irresistible.
Cuando Israel se encontraba esclavo en Babilonia, desamparados con un futuro incierto, Dios mandó a decirles a través del profeta Jeremías esto: “… yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.[…] Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón. Me dejaré encontrar, y los haré volver del cautiverio», afirma el Señor.” Éste es el corazón de Dios. No importa en dónde estés en tu vida hoy, en qué situación te encuentres, si lo buscamos de corazón sus planes siguen siendo de bien para nosotras, quiere hacernos volver a él y usarnos así como somos para darnos un futuro y esperanza en él”
Déjate usar por el Espíritu Santo, vuelve tu corazón a Dios y déjate caer.
Por Valeria Leys
- Posted by Planeta Girl
- On noviembre 20, 2017
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