MI REDENTOR VIENE
Gracias a que Jesús derramó su sangre, tenemos el perdón de nuestros pecados.
Así de abundante es su gracia. (Efesios 1:7 NBV)
Habitualmente en semana santa vemos una y otra vez las películas y series acerca de Jesús. Una de mis favoritas es la famosa película de Mel Gibson “La Pasión de Cristo.” Cada vez que la veo, las lágrimas corren por mis mejillas.
Me emociono al pensar que Jesús pagó el más alto precio, por amor a ti y a mí. Siendo inmerecedoras, indignas y pecadoras, Jesús saldó nuestra deuda y nos salvó.
Si pudiera graficarlo de alguna manera diría que esto es similar a una persona condenada a cárcel por una larga lista de delitos, los cuales cometió durante toda su vida y cuya única forma de salir en libertad es pagando una millonaria suma de dinero. Sin embargo esta persona y su familia se encuentran imposibilitados de pagar dicha suma, por lo elevada que es.
Por tanto, el imputado deberá pagar su condena y pasar el resto de sus días en una obscura y horrible prisión. En cambio, un día, una persona a quien el culpable NO conoce, paga por completo su deuda, por lo cual esta persona queda en libertad. Y exclama: ¡¡¡Quiero conocer a quien me libertó!!!
Tú y yo cargábamos también con una pesada condena por nuestros pecados y al igual que la persona del ejemplo, exhibíamos una larga lista de delitos en nuestra contra, la cual fue completamente saldada por la obra de Jesús en la cruz.
“Ustedes estaban muertas a causa de sus pecados y no se habían despojado de su naturaleza pecaminosa; pero Dios nos vivificó con Cristo y nos perdonó los pecados. Él eliminó la prueba acusatoria que había contra ustedes, es decir, los mandamientos de la ley. Esa quedó anulada cuando la clavó en la cruz”. Colosenses 2:13-14 NBV
Jesús compró nuestra libertad y nos hizo libres para siempre, ¡Jesús es nuestro Redentor! Él borró nuestra maldad y se olvidó de nuestros pecados. ¡Aleluya!
“Dios nos rescató del reino de las tinieblas y nos trasladó al reino de su Hijo amado, quien compró nuestra libertad y perdonó nuestros pecados”. Colosenses 1:13-14 NBV
Ahora podemos vivir libres del peso del pecado, de la culpa y de la condenación. Y con la más alta esperanza: un día veremos cara a cara a nuestro precioso Redentor.
Oro para que el Espíritu Santo te revele esta maravillosa verdad: ¡Jesús es nuestro Redentor! La atesores en tu corazón y a la apliques a cada área de tu vida.
Para meditar: ¿Vives a la luz de esta hermosa verdad?
¿Crees en la obra Redentora de Jesús en tu vida?, ¿La haces tuya?
¿Eres libre del peso del pecado?, O ¿Hay algo que necesitas entregar?
Escrito por Elizabet Cornejo Gajardo.
- Posted by Planeta Girl
- On marzo 29, 2021
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