Cuando tengo días agitados o de mucho ruido, anhelo un tiempo a solas, donde esté todo en silencio, todo tranquilo, un ambiente grato para que mi cuerpo descanse y para que mi mente se desconecte del estrés y ajetreo que haya tenido en ese día.

Siempre es bueno que nos demos esos momentos de descanso y tranquilidad, nos hacen bien para la salud, para reponer fuerzas y continuar, ya que estamos viviendo tiempos de tanto ruido, agitación, tanta preocupación, poco descanso, no es fácil encontrar tranquilidad en este mundo tan inquieto.

Pero, de la misma forma que nuestro cuerpo y mente necesitan estos descansos, nuestro espíritu y nuestro corazón deben buscar estar en calma.

Busqué la palabra calma en el diccionario y decía lo siguiente:

1.Tranquilidad, ausencia de agitación y de nervios en la forma de actuar (interior).

2.Tranquilidad, quietud, ausencia de ruido, de movimiento o de agitación en un lugar (exterior).

La palabra nos dice:

NO se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. Juan 14:1

Leyendo este texto me llamaba mucho la atención las palabras que Jesús les decía a sus discípulos, estaban en las horas previas para la crucifixión, por lo tanto podemos ver que no era un momento fácil, sobre todo para Jesús ya que era él quien iba a la cruz, sin embargo, al ver lo turbado que estaban sus discipulos, les dice No se turbe vuestro corazón, creéis en Dios, creed también en mi, los confortó en lo emocional y en lo espiritual.

Y es que esta palabra no es sólo aplicable para aquel momento, estas palabras también nos confortan en estos tiempos, en aquellos momentos en donde sentimos angustia, cuando hay inquietudes en nuestros corazones, cuando estamos viviendo situaciones en las cuales nos afligimos y el temor toma control de nuestras vidas.

El estar turbada es vivir una situación de agitación, cuando el ánimo se altera, y la paz se aleja de nosotras, esto puede ser momentaneo o constante, ¿Te has sentido así?, Dios te está animando a que confíes en Él, que creas en Él.

Podemos vivir cualquier situación, pero si confiamos en Él y tenemos fe, eso acallara cualquier agitación que haya en el corazón.

Es fácil buscar silencio y quietud exteriormente cuando necesitamos descansos y desconexión, pero la calma interior no se logra teniendo un momento de aislamiento, solo se logra confiando en el Señor, creyendo que en medio de cualquier aflicción, Dios derramará su calma.

Luego agrega: “Mi paz os dejo, mi paz os doy, yo no os la doy como el mundo la da” (ver 27), otra versión nos dice yo les regalo paz para la mente y el corazón, eso es lo que Dios quiere, esta es una maravillosa promesa, porque si confiamos en medio de la adversidad, en medio de cualquier dificultad, la paz, la calma serán depositadas como un regalo en nuestros corazones y en nuestra mente.

Hay muchos que desconocen esta paz al no ser salvos, pero para quienes somos hijas, se nos entrega esa paz que vence cualquier tormenta, esa calma que tranquiliza cualquier agitación.

Que no se turbe tu corazón, no dejen que él se llene de angustia, Confíen en el Señor.

Karen Quiroz