Tú eres mío y yo tuya
El otro día estando en el patio de mi casa junto a una amiga, vi cómo se paseaba tranquilamente una hermosa y robusta tórtola (supe que ese era su nombre porque mi amiga me informó, ella reconoció la especie perfectamente, en cambio yo la confundí con una paloma).
Las tórtolas son aves muy populares, ya que se les usa como símbolo de amor, por ejemplo para representar a una pareja de enamorados (conocidos como Tortolitos) y para obsequiar regalos en el día de San Valentín.
Estas aves también son conocidas porque entre la pareja constantemente se demuestran su amor con continuos arrullos, carisias mutuas con su pico y porque siempre están juntas, incluso cuando empollan los huevos. También se sabe que cuando muere una de las tórtolas, la otra no se vuelve a emparejar jamás y en ocasiones puede llegar a morir de soledad y amor. Son aves muy fieles a su pareja (incluso si están en cautiverio son muy fieles a su dueño).
Ellas emiten un canto como un arrullo suave y repetitivo, bisilábico, que pronuncia repetidamente: se pudiese leer como tur-tuur-tur.
“Mi amado habló, y me dijo: Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven.
Porque he aquí ha pasado el invierno, se ha mudado, la lluvia se fue; se han mostrado las flores en la tierra, el tiempo de la canción ha venido,
Y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola”.
Cantares 2: 10-12 NTV
En este bello capítulo del libro de Cantares, podemos ver expresado el más profundo y tierno amor entre el amado “Salomón” y la amada “Sulamita”, cuya figura es representación de nuestro Amado Jesús y la Iglesia (su amada novia).
Esta es la clase de relación a la que estas llamada a cultivar con Jesús, una relación íntima, especial, única, inseparable, caracterizada por la dulzura, fidelidad, libertad, vinculo en amor y sinceridad, exponiendo aún toda tu debilidad.
Sin embargo la realidad es otra, muchas veces he oído a jovencitas que lidian con una pesada carga, al sentirse lejanas del Señor, no amadas, no aceptadas, culpables, condenadas y sucias como para acercarse con total confianza a Jesús. Este es el engaño que el enemigo de nuestras almas susurra al oído constantemente. Porque su objetivo es alejarte del Amado (Jesús) y con esto llevarte a que mantengas una relación tediosa, lejana y religiosa.
Mi amado es mío, y yo suya;
Cantares 2: 16 NTV
Tomando el ejemplo de la tórtola, te invito a que hagas de Jesús tu primer y más fuerte amor. Formando con él un lazo absolutamente indestructible. ¡¡¡Jesús es tuyo y tú eres suya!!! Él pagó el más alto precio por tenerte cerquita para siempre, recibe y agradece su amor, amor que no mereces, amor por el cual nada tienes que hacer para ganarlo, amor que es más fuerte que la muerte, las tentaciones, el mundo, la carne y que el propio enemigo.
Oro para que esta realidad te libere de todo peso y condenación y puedas abrazar a tu Amado (Jesús), acariciarlo, amarlo y vivir todos los días de tu vida para él, en una estrecha, vibrante y profunda relación de amor.
Por Elizabeth Ana Cornejo Gajardo
- Posted by Planeta Girl
- On noviembre 11, 2019
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