Cuidadito esa boquita lo que dice: “La queja”
Estén siempre contentos. Oren en todo momento. Den gracias a Dios en cualquier situación, porque esto es lo que Dios quiere de ustedes como creyentes en Cristo Jesús. 1 tesalonicenses 5:16-18 NBV
Hace unos días estuve hablándoles del poder que tenían nuestras palabras y como un miembro tan pequeño como la lengua, puede bendecir y maldecir.
¿A quién de ustedes les gusta estar al lado de personas que viven quejándose?
Creo que no hay nada más desgastante que estar con personas que en el momento de hablar tienen una constante queja en su boca, es como si su vida siempre estuviera de color gris, hay personas que al parecer no tienen nada bueno para decir, siempre están viendo el lado negativo de las cosas, siendo presa fácil de la queja y la crítica.
He tenido días en donde me he visto quejándome por todo, y tengo plena certeza de que Dios no creó mi boca para quejarme, Él creó mi boca para alabarle, expresarle mi amor y gratitud.
Creo que es muy sencillo caer en la queja, comenzamos una conversación y pareciera que siempre es más fácil manifestar aquellas cosas que nos frustran o nos tienen desconformes, nuestras molestias, deseos no cumplidos y agotamiento.
¿Es pecado quejarme? ¿hay algún problema con eso?
El problema no es simplemente lo que sale de la boca, el problema es lo que hace salir eso de tu boca, que hay en las profundidades de tu vida que hacen que de continuo te quejes.
¡Estoy harto de esta vida! Dejen que dé rienda suelta a mis quejas. Hablaré en mi dolor y en mi amargura. Job 10:1
Job en un momento de tal aflicción, ora a Dios, pero en son de queja, la queja es pecado, refleja ingratitud, descontentamiento y falta de fe.
Según la RAE
Queja: Es la Expresión de dolor, pena o sentimiento, resentimiento, desazón, acción de quejarse.
La ingratitud es el fondo de esto, porque si de verdad tuviéramos la real comprensión de que somos hijas de Dios, que todo proviene de ÉL. Si te detienes, y comienzas no sólo a mirar, sino que a contemplar todo lo que hay en tu vida y a tu alrededor, comprenderás que todo proviene de su generosa mano, la abundancia, la escasez, circunstancias buenas y adversas, salud, enfermedad, en todo está Él.
El problema es que muchas veces tenemos nuestros ojos cubiertos por un velo, que impide que podamos tener una visión clara, porque esperamos sólo momentos buenos o tiempos de bonanza para expresar gratitud, la mayoría de las veces nos acompaña la amiga queja.
Estoy cansada de mi trabajo, no he dormido nada, está demasiado caluroso, hace mucho frío, no me gusta como me queda esta ropa, estos zapatos son medios incómodos, quisiera que este día pase rápido, y así, podría seguir y seguir, y eso que sólo he mencionado cosas cotidianas, del día a día. Pero si vamos más profundo, cuanta queja y descontentamiento hay en los corazones…
El texto mencionado al principio nos da mandatos que deben ser característicos de un creyente: el gozo, la oración y la gratitud, forman una unidad en la vida cristiana, estos expresan la voluntad de Dios. Cuando pensamos que merecemos más de lo que tenemos, eso nos lleva al descontentamiento, a la ingratitud, todo lo que tenemos o hemos logrado, ha sido porque a Dios así le ha placido, debemos aprender a reconocer y aceptar su voluntad, porque esta es buena, perfecta y agradable.
Si guardamos esto como un sello en nuestro corazón, aceptaremos con gozo todo lo que el Señor nos brinda sin cuestionar, sin queja. No dejemos que nuestra mente se llene de pensamientos que cuestionen a Dios, pensando que se ha equivocado con lo que nos a tocado vivir, sus caminos son muy diferentes a los nuestros y no los podemos entender, sus pensamientos son más altos.
Querida amiga, abre tu boca para agradecer, expresa con tu boca el gozo del Señor, que muchas oraciones salgan sin cesar de tu boca, que la gratitud invada tu ser.
Tenemos el gran ejemplo de Cristo, que se humilló hasta lo sumo, nunca hubo queja en Él, nunca criticó la voluntad de su Padre, nunca lo cuestionó.
Podemos vivir muchas circunstancias difíciles, pero Cristo nos insta a imitarlo, nos pone ante nuestros ojos caminos para seguir: gozo o queja, oración o queja, gratitud o queja, es ahí cuando nuestra fe es probada.
Dejemos de quejarnos por todo aquello que no tenemos o por aquellos sueños no cumplidos, y agradezcamos al Señor por la vida abundante que Él ha derramado sobre nosotras, sólo en Él podemos ser felices y plenas.
Por Karen Quiroz
- Posted by Planeta Girl
- On noviembre 18, 2019
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