“No se interesen tanto por la belleza externa: los peinados extravagantes, las joyas costosas o la ropa elegante. En cambio, vístanse con la belleza interior, la que no se desvanece, la belleza de un espíritu tierno y sereno, que es tan precioso a los ojos de Dios” (1 Pedro 3:3-4 NTV)

Por todos lados los medios de comunicación, te dicen que sinónimo de belleza y popularidad es mostrar tus atributos físicos, usar ropa ajustada, poseer un cuerpo atlético y unas curvas de miedo, además de incitarte a subir fotos a las redes sociales, con bonita ropa y variedad de accesorios, y presumiendo de tus logros, depositando así tu valor, en tus atributos, tu rostro, tu vestimenta y tu perfil de Facebook.

Adicional a lo anterior, los medios también te gritan, instándote a que hagas lo que quieras y des rienda suelta a tus deseos, sin restricciones, ya que todo está permitido. Te dicen que no importa a quien debas pasar a llevar, y que cuanto más presumas tus logros, es mejor.

Pero, ¿Que dice nuestro Maestro?

“No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes. No se preocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás. Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús”  (Filipenses 2:3-5 NTV)

¿Qué actitud tuvo Jesús?

La actitud más humilde que pudo y podrá existir jamás, él, siendo Dios, no estimó el ser igual a Dios, sino que se despojó a sí mismo y tomó forma de siervo, se humilló así mismo, wuauuu

¡¡¡El creador tomó forma de creación!!! todo por amor. (Filipenses 2). Dejándonos así, el mayor ejemplo de humildad y belleza real.

Belleza a la manera de Dios, una de las formas de lograrla es desarrollando y cultivando un carácter humilde, esta cualidad la puedes comenzar a potenciar, desde muy temprana edad.En nuestras fuerzas no podemos ser humildes, ya que nuestra naturaleza es pecaminosa, por lo tanto ser humildes es una obra que solo puede realizar el Espíritu Santo, en ti y en mí. Pero eso sí es belleza verdadera, ser humildes, como Jesús, nuestro modelo. La humildad no es pensar que eres menos, es pensar menos en ti. (C.S Lewis)

¿Cuántas veces te han dado ganas de defenderte ante una situación injusta?, ¿Pagar con mal, el mal que te han hecho?, ¿Responder ásperamente, con tal de defender tus derechos o tus puntos de vista?

Sé que la respuesta a estas preguntas, es “Muchas veces”(yo también lo he vivido). Pero para llevar una vida de Humildad, debes mirar el ejemplo de Jesús y continuar.

Cuando sientas ganas de responder, defenderte e incluso ser agresiva, mira la cruz y contempla el tremendo ejemplo que nos dejó el cordero de Dios, respira hondo y decide en tu corazón, llevar un estilo de vida de humildad.

“Sean siempre humildes y amables. Sean pacientes unos con otros y tolérense las faltas por amor. Hagan todo lo posible por mantenerse unidos en el Espíritu y enlazados mediante la paz” (Efesios 4:2-3 NTV)

Decide ser bella a la manera de Dios.

Por Elizabeth Cornejo