Conexión divina_ Cuestión de Actitud
Al igual que yo, seguramente has escuchado conferencias muy motivadoras sobre actitud o has leído libros de autoayuda sobre cómo hacer frente al mundo desde tu ser interior. Muchas ideas nos alientan a sacar lo mejor de nosotras para disfrutar mejor la vida, pero ¿qué ocurre cuando la vida te ha pegado duro? En medio de ese contexto debemos esforzarnos por mantener el buen ánimo para no perder nuestra manera de ser alegre, optimista, valiente, audaz y equilibrada. De eso se trata la actitud, de la forma en que enfrentas los problemas. ¿Cómo protegemos una buena actitud?
En una ocasión escuché a Víctor Küpper hablando sobre la fórmula V=(C+H)*A. La V es el valor que le das a la vida; la C es el conocimiento que tienes sobre algo; la H son las habilidades que adquiriste a partir de la experiencia, y la A son las actitudes que asumes diariamente.
Entonces, el valor que le das a la vida es el resultado de la sumatoria de tus conocimientos y tu habilidad y la multiplicación de tu actitud. Por lo tanto, vemos que nuestros conocimientos y nuestras habilidades suman a nuestro valor: requerimos de saber sobre las cosas y también cómo hacerlas, que tiene relación con la experiencia que vamos adquiriendo, pero no eres grande por tus conocimientos y tus habilidades. Es más, dicen que a un empleo llegas por la aptitud pero te mantienes por tu actitud.
Lo que te hace grande es tu manera de ser, tu actitud. Piensa en las personas que consideras grandiosas: ¿en qué llaman tu atención? Las recuerdas más por lo simpáticas, lo amables o lo visionarias que son antes que por lo que saben hacer.
¡No me malinterpretes! Los conocimientos y las habilidades son importantes (¡dediqué un capítulo a ellas!), pero aún más importante es tu buena actitud: ¡eres grandiosa por ella! El conocimiento y la habilidad siempre estarán presentes, pero tu actitud corre riesgos si no te determinas a prestarle atención todo el tiempo. La razón por la que menciono la actitud en esta parte del libro es porque ella es determinante en tu respuesta al llamado de Dios a seguirle y servirle. Lo cierto es que si tu forma de ser en ocasiones es pesimista, quejumbrosa y de juicio, desperdiciarás las grandiosas oportunidades para tu bien y el los demás.
Lo que Dios planeó para tu vida y registró en su libro antes que nacieras (Salmos 139:16), tiene relación con el diseño que puso en tu interior, así que sé tú mejor hinchada; tienes todo lo que se requiere para jugar en el campo de la vida. Sin embargo, para ganar debes trabajar en ti misma cuidando tu identidad porque ahí serás bombardeada todo el tiempo, atendiendo tus actitudes porque depende de ellas que enfrentes con coraje y optimismo la vida, y aprendiendo constantemente para mejorar en tus conocimientos y habilidades y así convertirte en alguien competente.
Para alcanzar los propósitos de Dios en tu vida, que a tus aptitudes se le sumen tus actitudes correctas. Seguramente llegarás si también te esfuerzas y superas los grandes obstáculos que intentan frenar tus sueños.
Escrito por Karen Lacota_ Libro «Decisiones de Mujer».
UN LIBRO PARA CHICAS QUE QUIEREN DECIDIR BIEN.
- Posted by Planeta Girl
- On julio 12, 2020
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