Tu  llamado se encuentra estrechamente relacionado con las habilidades innatas que Dios puso en ti en el mismo momento de formarte y con aquellos dones que su Espíritu Santo depositó en ti una vez que le entregaste tu vida a Jesús. Te habrás percatado de que eres más competente que otros en ciertos aspectos, y por ende te desenvuelves con más seguridad y alegría.

Si bien dentro de esas opciones hay actividades que debes realizar por obligación o compromiso —relacionadas a tus estudios, tu trabajo u otras responsabilidades—, hay otras que te resultan placenteras o más fáciles de realizar que a otros a tu alrededor, y esto tiene relación directa con el diseño interno de Dios en tu vida. Por lo tanto, esto es lo que te convierte en una persona completamente exclusiva y única; es el sello de tu alma, es tu huella interior.

Si aprendes, desarrollas tus habilidades individuales, las cuales te hacen única. ¿Pero en qué situación aprendes? Cuando eres expuesta a escenarios y experiencias que encienden tus capacidades innatas y te permiten descubrir ideas, soluciones creativas y encontrar nuevas alternativas para crear.

Dios puso una pasión y un llamado en mi vida por la educación, por lo que me he formado bastante en esa área. ¡Y el aprendizaje nunca para! Fue en ese proceso de estudiar que descubrí el fascinante trabajo del doctor y neuropsicólogo Howard Gardner, profesor de Ciencias de la Educación de la Universidad de Harvard, quien propuso la teoría de inteligencias múltiples. Su premisa es que todos los seres humanos nacemos dotados —en grados diferentes— de potencialidad. Presta toda tu atención a lo que él afirmaba:

            «Cada ser humano tiene muchas inteligencias potenciales, pero en         general existe una predisposición genética hacia algunas de ellas, que           alcanzarán su máximo potencial intelectual o físico con mayor facilidad».

            «No estamos limitados a un solo elemento. Algunas personas sienten la             misma inclinación por una o más actividades y todas se les da igual de bien.       Otras tienen una sola vocación y una habilidad que les satisface   mucho más     que cualquier otra cosa».

            «Hay múltiples maneras de percibir el mundo, de conocer, procesar,       representar y comunicar la información con imágenes, palabras, números,       con el cuerpo en movimiento, el ritmo y la música, en sintonía consigo mismo,        con los demás, con la naturaleza».

Howard Gardner nos amplió el concepto de inteligencia, definiéndola como la capacidad que tiene un individuo para usar la habilidad aprendida, crear productos o resolver problemas de una forma que es valorada por la sociedad del individuo. Gardner se refirió, además, a la existencia de ocho inteligencias en el ser humano, las que permiten que las personas aprendan y se desenvuelvan con el fin de crear algo. Echemos un vistazo más cercano y sencillo a su planteamiento y respondamos algunas preguntas para identificar las inteligencias más destacadas que podamos tener desde su teoría.

Hay mucho que Dios puso en tu vida. ¿Lo has descubierto?, ¿Lo estas usando para la gloria de Dios?

Escrito por Karen Lacota, Libro Decisiones.