Una de mis historias favoritas de la Biblia, es la de aquella Mujer que rompió su frasco de alabastro, y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús, para ungirlo, su nombre: Maria de Betania.

En aquella época, el valor de ese perfume representaba el salario de casi todo un año, si, de casi todo un año!!! (Muchoooo dinero). Pero para Maria, Jesús era superior y no existía nada que se le igualara, no escatimó en gastos, ni le importó el valor monetario del perfume.

¿Perfume de Nardo?

Es un perfume muy fuerte, extraído de una planta del Himalaya, que crece por encima de los 3.300 y 5.100 metros de altura. De la raíz y el tallo se extrae el aceite, por esto, era un elemento muy costoso. La costumbre era mantener el ungüento de Nardo en recipientes de alabastro sellados, y sólo se los abría en ocasiones muy, muy especiales.

¿Frasco de Alabastro?

El Alabastro es una piedra lisa, blanda y traslúcida. Principalmente los frascos, eran fabricados en Egipto y  se importaban a Palestina. Las vasijas de alabastro se usaban particularmente para guardar perfumes, debido a sus características.

“…Mientras comían, llegó una mujer con un frasco de alabastro lleno de un perfume hecho de nardo puro, muy costoso.

Rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús.

Algunos de los que estaban allí se enojaron y se decían unos a otros: ¿Para qué se desperdició este perfume?

Podía haberse vendido por más de trescientas monedas de plata y dárselas a los pobres.

Y reprendían duramente a la mujer.

Jesus les dijo: déjenla en paz ¿Por qué la molestan? Ella ha hecho una buena obra conmigo.

Porque siempre tendrán a los pobres con ustedes y los podrán ayudar cuando quieran; pero a mí no me van a tener siempre.

Ella hizo lo que pudo. Se ha anticipado a ungir mi cuerpo, preparándolo para la sepultura.

Les aseguro que en cualquier lugar del mundo donde se predique el evangelio, se recordará a esta mujer, contando lo que hizo”

Marcos 14:3-9

Para Maria, quebrar ese frasco de perfume fue un acto de amor y adoración genuinos, para los presentes en la escena, fue un derroche, un desperdicio, de hecho “reprendían duramente a la mujer”, pero Jesús conocía su corazón, y sabía que Maria, lo estaba entregando todo, en devoción a él.

En este pasaje vemos la promesa de Jesús, al indicar que la historia de esta mujer, se recordaría en todas partes, donde se predique el evangelio… no hay otra promesa como esa en la biblia, por esto es asombroso ver, como ese “Derroche de amor”, agradó tanto a Jesús.

Con esto, me gustaría que pensaras….¿Cuál es tu frasco de Alabastro? ¿Qué es lo más precioso que tienes, para entregar a Hoy?

La respuesta es TU PROPIA VIDA…si, tu propia vida!!! Puedes entregar tu adolescencia y juventud a Jesús, aunque para el mundo parezca un desperdicio.

Si decides entregar tu vida al Señor, muy posiblemente serás fuertemente criticada, unos te dirán… “pero eres muy joven, sale al mundo y vive, experimenta, goza, disfruta”!!! Otros te dirán que eres “una exagerada, religiosa, fanática”…

¿Pero, sabes algo, querida amiga? Entregar nuestra vida a Jesús lo vale todo!!! Estamos aquí en esta tierra, solo por unos pocos años, y tenemos la elección de entregar nuestra vida, por amor, vivir para aquel que murió por nosotras, o bien, desperdiciar nuestra vida en los placeres de la carne y vana gloria del mundo.

Vivir para Jesús es lo más apasionante, que podemos hacer, de hecho es la única manera de vivir a plenitud. Hoy estoy en mis 30 años, pero en mi adolescencia entregué mi vida a Jesús, ha sido una aventura, he tenido tiempos buenos y malos, miro hacia atrás y con toda franqueza, te puedo decir, que Jesús lo vale todo!!!  Una y mil veces volvería a vivir para él, y aun hoy, cada día entrego mi vida al Señor, no estoy exenta de luchas y tiempos difíciles, no soy para nada perfecta, pero una cosa se y estoy convencida, amo a Dios y no lo cambio por nada, ningún placer de este mundo, se compara a su amor, a él encomiendo mi vida y los años que vendrán y un día espero verlo cara a cara…. Mientras tanto…quiebro mi frasco de alabastro…mi vida entera, sin reservas, la rindo a Jesús… y tú, quebraras tu frasco de Alabastro???

Por Elizabeth Ana Cornejo