Hace algunos años realicé un curso para trabajar como cajero bancario, en aquel tiempo el curso duraba 3 meses, en los cuales me enseñaron a la perfección cómo funcionaba una caja, los documentos y el manejo de dinero (denominación, valor y características).

Durante la última semana del curso, dedicaron un día completo a hablarnos acerca de los billetes “falsos”, sus características (colores, papel y sellos).

Yo pregunté al profesor por qué dedicaban solo un día para abordar un tema que a mi parecer era muy relevante, ya que si nosotros los “futuros” cajeros lográbamos identificar rápidamente billetes falsos, evitaríamos perdidas y mala fama para el banco, pero para mi sorpresa el profesor me respondió que un día era suficiente, ya que lo realmente importante era que nosotros adquiriéramos un profundo y real conocimiento acerca de los billetes “verdaderos”, ya que cuanto más contacto con ellos tuviéramos, más rápido identificaríamos los falsos, esto al tener nuestros ojos, manos y sentidos, entrenados en lo verdadero (textura, papel, color, sellos, etc.).

Me pareció muy acertada la respuesta como para aplicarla a nuestro contexto como hijas de Dios.

Conocer los atributos (características distintivas) de Dios, afirmará tu corazón en la verdad de quien es el, entonces pase lo que pase lograrás permanecer firme en él y cuando golpee a tu puerta, cualquier otra doctrina, error o engaño, estarás preparada y lista para desenmascararlo rápidamente. Comprender que Dios es bueno, no cuando todo me sale bien, sino que Dios es bueno siempre, es producto de un corazón que conoce quien es su Dios y confía en su voluntad.

Revisemos juntas, algunos de sus atributos:

• Es amor
• Es Señor sobre todo (soberano).
• Creador y sustentador.
• Autosuficiente (No tiene necesidades).
• Eterno (auto existente e inmutable).
• Omnipotente (omnipresente y omnisciente).
• Santo
• Verdadero y veraz.
• Misericordioso (compasivo y bondadoso).

El desconocer a Dios, puede llegar a ocasionar que persigamos y adoremos otros “dioses”, creados según nuestra imaginación, esto, con el tiempo nos puede conducir a graves errores y falsas doctrinas, llegando al punto de ofendernos con Dios cuando NO realiza algo que nosotras esperábamos.

De este lado de la eternidad nunca alcanzaremos a conocer toda la profundidad de nuestro Dios, ya que nuestra mente es finita, tratando de conocer a un Dios eternamente infinito, sin embargo él como buen Padre, ama darse a conocer, mostrar su corazón y sus emociones a sus hijas, ama la intimidad con quienes lo busca y ama escuchar tu voz, cada día.

En tu gloria, esplendor, majestad y milagros meditaré. (Salmo 145: 5 NBV)

Conocer sus características y sus nombres, abrirán para ti un mundo de conocimiento de quien es Dios, por lo cual cuanto más tiempo inviertas en cultivar este conocimiento, mas crecerás en amor por él y al mismo tiempo tu corazón será enternecido a amarlo más.

Dios se da a conocer a nosotras, a través de diversas maneras; por ejemplo se revela así mismo en su Palabra y mediante su creación, para que lo veamos con total y absoluta claridad.

La pregunta es: ¿Conoces quién es Dios, cómo es él y qué clase de Dios es? Puedes sentirte abrumada con estas preguntas y creas que necesitas ser teóloga para responderlas, lo cual es un error, ya que eres su hija y eso es suficiente, por la obra de Jesús tenemos libre acceso y hoy nos podemos acercar con confianza y conocer a nuestro Dios.

Tenemos un Dios apasionante, maravilloso y sin igual, ¿Qué esperas para conocerlo más íntima y profundamente? ¡Vale la pena invertir toda la vida en conocer a este grandioso Dios!

Me hallarán cuando me busquen, si con toda sinceridad me buscan. (Jeremías 29:13 NBV).

Escrito por Elizabet Cornejo Gajardo.