Nací en los 80´s en la época del Rock en español y una de mis bandas favoritas es Rescate. (Búscalos en Spotify.) Una noche mientras escuchaba su canción “Mala memoria” y trabajaba, Dios me hizo reflexionar en su misericordia inagotable. La canción dice:

Mala memoria para recordar tu historia….

En donde fue, con quien y como sucedió.
De recordar el mínimo detalle,
Y castigar de nuevo a quien ya lo pagó.
No sé, de qué me falás?, No sé, a quien te referís?.
La culpa duerme en el fondo del mar!, mar!, mar!.

Hacía unos minutos, mi hija de 5 años acababa de actuar en desobediencia y le dije que tendría una consecuencia. Sin embargo, como muchas madres que tenemos momentos de humanidad me molesté. Ella me pidió perdón y me dijo: “Mamí, hazme masajito para dormir.” A lo que le contesté: “No, por su desobediencia.”

La canción fue el instrumento que Dios usó para recordarme que en mis errores cuando le pido perdón, él los olvida. Quita la culpa, nos restaura en amor y no retiene su enojo contra nosotros. El compositor y vocalista de Rescate, Ulises Eyherabide en su cuenta de Instagram menciona el verso que le inspiró la letra. Hebreos 10:17 «Y nunca más me acordaré de sus pecados y maldades». Me recordó que tengo una garantía de que su amor incondicional nunca me rechazará sin importar mis errores. Claro si los confieso y cambió ese rumbo.

¿Sabías que la forma en la que interactuamos con nuestros padres afecta directamente tu interacción con Dios? Muchos padres terrenales como yo en ese momento, aun cuando mi hija pidió perdón, castigamos adicionalmente con un rechazo que expresamos al distanciarnos de los hijos. Pueda que tus papas te dejaron encerrada en su cuarto, te hablaron pesado, no te abrazaron por un tiempo en señal de molestia, te hicieron la “ley del hielo” dejando de hablar contigo, te hicieron caras de enojo y desaprobación; y sobre todo, que días después o en conversaciones familiares mencionen el incidente dando a entender que realmente no ha sido perdonado.

Si en casa tus padres hacían esas cosas cuando eras pequeña, aún cuando ya habías pedido perdón o disculpas, pueda que eso esté afectando tu forma de ver y acercarte a tu Padre Celestial.

A esto agreguémosle, que la meta de Satanás es robar, matar y destruir. Todo aquello que pueda destruir una relación cercana con tu Padre Celestial es de completo interés para él. Y una de sus formas para lograrlo es recordarte los pecados que has cometido. Satanás tiene memoria de elefante, no olvida nada y pretende usarlo en tu contra. Le gusta cargarte de culpa por malas decisiones, que probablemente fueron incluso antes de aceptar el sacrificio de Jesús por ti. Y si ya en tu caminar intentando ser y vivir como Jesús batallas con una debilidad, Satanás desea recordarte las veces que fallas y cargarte de culpa de nuevo. La culpa es una piedra en el camino que no te deja ni retroceder, ni avanzar.

Dios es y hace totalmente lo opuesto. Dice la biblia dice una vez ya confesados tus pecados al Señor con un corazón arrepentido, a Dios le entra un serio padecimiento de mala memoria.

Miqueas 7:18-19 lo expresa así:

18 ¿Dónde hay otro Dios como tú, que perdona los pecados de los que aún quedan de su pueblo? Pues tú no retienes para siempre el enojo contra tu pueblo, porque amas la misericordia y el perdón más que la cólera y el castigo.

19 Una vez más ten compasión de nosotros y borra de tus registros nuestras faltas. ¡Olvídate de nuestras maldades como si hubieran sido echadas para siempre en lo más profundo del mar! Version NBV

Al verme confrontada por la palabra, me levante de mi escritorio, le concedí y exprese el perdón a mi hijita. Le dije que es mi mayor tesoro, que la amaba profundamente y se lo exprese haciéndole su masajito que la dejo profundamente dormida.

Dios no permanece enojado contigo después que has pedido perdón, tu Padre Celestial se deleita en mostrarte su amor inagotable. Tu Señor que te ama, envió a su único hijo a morir en una cruz, a sufrir por ti, aplasta tus pecados y los arroja a las profundidades del mar. Tu Padre que espera regreses a su regazo padece de mala memoria.

Por Jazmín Castellón (El Salvador)