Toda jovencita vive una época de acné, a algunas les empieza más temprano que a otras. A unas les salen muchos más que a otras. Y a muy pocas nunca les sale un grano. En el momento donde nos importa tanto como nos vemos, es donde comúnmente salen estos enemigos. Es el tiempo donde nos empiezan a gustar los chicos y sufrimos. A mí me salieron justo después de mis 15 años y me duró un año, recuerdo que fue un periodo difícil y no quería salir de mi casa. Ese año fue bien largo para mí. Porque los tiempos de dificultad o desierto se nos hacen largos.

Al finalizar ese año para colmo me dio varicela y se me llenó la cara de cantidad de vejiguitas que parecía un monstruo. Fue a visitarme el chico que me parecía lindo, y por supuesto que no lo recibí.

A ustedes jovencitas les  digo que entiendo perfectamente el malestar que ocasionan los granos en nuestra juventud,  a todas nos pasa. Además que al mirarnos al espejo nos enfocamos sólo en ellos. Y lo peor es que también opacan nuestra personalidad, porque dejamos de ser las mismas, andamos enojadas con nuestro aspecto.

Pero sabes qué? he aprendido que siempre puede haber una excusa para que estemos enojadas con nuestro aspecto, porque más adelante en nuestra vida dejarán de ser los granos y serán las ojeras, una pequeña panza,  las arrugas, etc. Qué hacer entonces?

Cuando vives un tiempo de dificultad, ya sea por tu aspecto, por una enfermedad, por una relación o por tus finanzas,  piensa en que esa situación no será eterna, y al final crecerás, madurarás y aprenderás de eso.

Te invito a tener una perspectiva eterna, a aprender lo que Dios tiene para enseñarte en cada momento de tu vida. A dejar el desánimo a un lado, a pensar que en las manos de Dios todo tiene un propósito. Y aunque por fuera nos vayamos desgastando nos vamos renovando interiormente día a día.

Hoy pienso que ese problema fue superficial para los siguientes problemas que vendrían a mi vida, aunque en el momento lo ví como una tragedia, hoy veo que fue pasajero. Y así, si pienso en los problemas que he afrontado, recuerdo que en el momento llegué a verlos como verdaderos gigantes pero que al confiar en Dios, en su grandeza y poder llegué a verlos como pulgas que pude enfrentar y vencer.

Así como el acné es pasajero, las circunstancias difíciles que vivimos son eso circunstancias, cosas que vivimos en un punto de nuestra vida. Y sabes como terminó mi acné? me enojé muchísimo por la varicela que me dio, pero resultó que cuando se fue este virus  se me quitó el acné, nunca volví a tenerlo. Segunda enseñanza, a veces nos suceden cosas que a nuestros ojos son desastrozas como que lo empeoran todo, pero al final resulta siendo una bendición.

2 Corintios 4:16-18 (NVI) «Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día. ¹⁷ Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. ¹⁸ Así que no nos fijamos en lo visible, sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno.»

Por Johana Peralta Sarqués