Sea cual sea el día que leas este artículo, te desafío a vivirlo como si fuera un viernes. Concédete la alegría de vivir feliz y agradecido con Dios SIEMPRE.

Gracias Dios, es lunes.

Gracias Dios, es martes.

Gracias Dios, es miércoles.

Gracias Dios, es jueves.

Gracias Dios, es viernes.

Gracias Dios, es sábado.

Gracias terminó el domingo e inició una semana súper espectacular.

No vivas feliz solo cuando estás de vacaciones ni te acostumbres a agradecer a Dios cuando las cosas van bien, hay que ser agradecidos en todo momento más aún, en los momentos de crisis. No hagas caso a los “tumbalafiesta” ni permitas que nada robe tu alegría o te apague porque siempre habrá reveses en el diario andar pero no te enfoques en los problemas pues todos tienen una solución en Dios, como cuando haces ejercicios, solo la resistencia hará crecer tus músculos y la buena actitud te mantendrá en la carrera.

¿Por qué nos dejaron de gustar los otros días de la semana? ¿Será que estás padeciendo la depresión del lunes? ¿Por qué no queremos que acabe el “rico dominguito”?

Amiga mía, todo depende de tu actitud… decide vivir feliz. No despiertes mañana con el pie izquierdo, lleno de pensamientos negativos: ¡Qué difícil semana tendré! ¡Muchos exámenes! ¡Reunión con mi jefe! ¡Tráfico del mal! ¡Gripe asesina! Si lo empiezas así vas a tener un día de miércoles. Comienza con fe porque eso te anticipará a todo lo bueno que se te viene, tu actitud le da un rostro a cada día, rasúrate la barba del cansancio, dúchate con agua de esperanza, pon todo de ti para iniciar tu día con la mejor actitud, que Dios les dirá a los ángeles que se pongan a trabajar a favor a tuyo. Así que, prepárate porque estás a un día más de ser bendecida.

«Por eso, no nos damos por vencidos. Es cierto que nuestro cuerpo se envejece y se debilita, pero dentro de nosotros nuestro espíritu se renueva y fortalece cada día» (2 Corintios 4:16 WBES)

Cada día sal de casa diciendo: ¡Sé que este será un día estupendo! ¡Algo maravilloso me sucederá hoy! Programa tu disco duro interno para la victoria y aprovecha las 24 horas del día porque serán no reembolsables. Emociónate cada mañana porque estás vivo, porque la felicidad es tu derecho. Así podrás abrazar cada día porque es un regalo de Dios. Llueve, truene o relampaguee, salga el sol o no ¡Celébralo! No desperdicies ni un segundo malhumorada o quejumbrosa.

Adán y Eva vivían en un paraíso. ¿Sabes cual fue el secreto? Ellos tenían igual que nosotros lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábados y domingos, solo que abrían los ojos y allí estaba Dios. Se decían entre sí: ¿Qué haremos hoy, vamos a tener un día excitante con la compañía de Dios? Asegúrate que la primera persona a la que saludes sea Dios. Entrégale a Él tu día.

Cierro mis ojos y te puedo imaginar hoy, sea el día que sea, “viviendo un día paraíso” saliendo para tu trabajo tomado de la mano de Dios y diciendo: “Gracias Dios porque hoy puede que no sea un viernes pero será un gran día en tu compañía y tendré la mejor actitud”