“Cualquier tipo de sufrimiento con Cristo es mucho mejor que cualquier prosperidad sin él” (J. D. Greear)

Todas conocemos la famosísima historia de “José”, quien sufrió el rechazo, envidia y maltrato de sus hermanos, al punto de ser echado en una cisterna y luego vendido a unos mercaderes, como esclavo. Años más tarde fue acusado de abuso sexual, por la esposa de Potifar y como consecuencia,  encarcelado injustamente.

Nosotras tenemos la historia de principio a fin, la leemos en nuestras biblias, pero,  ¿Te has puesto a pensar que pasaba por la mente y corazón de José, durante esos procesos, largos, solitarios y dolorosos?, ¿Cuántas veces habrá llorado al no comprender sus circunstancias?,  ¿Se habrá quejado con Dios, por su desdichada situación?, ¿Habrá querido desaparecer de la tierra, para no seguir sufriendo?

Podríamos enumerar una serie de supuestos más, e imaginarnos muchos escenarios posibles, pero una cosa es segura, José fue procesado y quebrantado al punto de quedar despojado de su familia, tierra y cultura, solo pudiendo aferrarse al Dios de su padre Jacob.

Hacia el final de la historia, la biblia dice:

“…Puesto que Dios te ha revelado el significado del sueño, eres el hombre más sabio de Egipto. Por lo tanto, te nombro encargado de todo este proyecto. Lo que tú digas será ley en toda la tierra de Egipto. Solamente yo seré superior a ti, por cuanto soy el rey del país. (Génesis 41:39-40 NBV)”

¡¡¡De la cárcel al palacio!!!, esto fue lo que literalmente le sucedió a José.

¿Ya notas porque es una de las historias más emocionantes de la biblia? (si aún no la lees completa, te animo a que lo hagas).

Es muy probable, que ni tú ni yo, pasemos por situaciones idénticas a las de José, pero sin dudas enfrentaras problemas, enfermedades y circunstancias desfavorables, que vendrán como golpes a tu fe y querrán hacerte dudar, desistir y creer que Dios te abandonó, pero, escrito está:

“Yo les he dicho esta cosas para que en mí encuentren paz. En este mundo van a sufrir, pero anímense, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33 NBV)

Dios jamás prometió que todo sería hermoso, tranquilo y color de rosas, en cambio su promesa fue: “…De una cosa podrán estar seguros: Estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20 NBV)

Cuanto valor y hermosura hay en las promesas del Señor, en esto puedes afirmar tu corazón y atravesar el proceso en el que estas, enfrentando así cada situación, con un corazón lleno de FE, confiando en que Dios está contigo y al control, que jamás te deja y nunca, pero nunca falla, creyendo que el proceso es temporal y que por más terrible que lo veas hoy, será un proceso que te ayudará a convierte en una JOVEN INQUEBRANTABLE, cuya fe y fortaleza están en Jesús.

Así como José fue procesado para luego ser promovido a un nivel superior, así será con tu vida, Dios utilizará todas y cada una de las cosas que vivas, para moldearte a la imagen de Jesús, haciéndote así, una hija que confía en su tierno cuidado, una que le entrega toda su vida por completo y que vive para cumplir su propósito eterno.

Anímate amiga mía, cobra animo en las promesas del Señor y conviértete en esa chica INQUEBRANTABLE ante las circunstancias que la vida te presente, confía,Dios es por ti, contigo y en ti, para siempre. 

Por Elizabeth Ana Cornejo Gajardo