¡Insensibilidad, aléjate de mi!
4-5 Y dales también este mensaje del Señor: Cuando alguien cae se levanta inmediatamente. Cuando va por senda equivocada y descubre su error, retrocede al punto donde se equivocó. Pero este pueblo sigue actuando equivocadamente, por más que yo lo prevenga. No quieren cambiar, aferrándose a su conducta idolátrica.
6 Escucho su conversación, y ¿qué oigo? ¿Hay quien lamente haber pecado? ¿Hay quien diga: «¡Qué terrible lo que hice!»? ¡No, todos viven felices en medio de sus actos malvados! ¡Hasta se me figuran caballos desbocados cuando perdieron al jinete en medio de la batalla!
Jeremías 8:4-6 NBD
En nuestro caminar como hijas de Dios, necesitamos que nuestro espíritu sea sensible a su voz, y es que no vamos a negar que hay momentos en donde pareciera que nuestro espíritu, corazón y mente están endurecidos por alguna razón que podemos o no conocer. La falta de una comunión diaria con Dios puede ocasionar la perdida de sensibilidad espiritual que está muy ligada con la humildad, puesto que, si somos más humildes, más fácilmente podremos ser sensibles a la voz de Dios y obedecer.
Sensibilidad: es la facultad de percibir estímulos externos e internos a través de los sentidos.
Hay personas que dicen no sentir la presencia de Dios como la sentían antes, personas que confiesan que en el camino algo ocurrió y que aquella sensibilidad de la que antes gozaban desapareció. Y es que la sensibilidad espiritual es algo que nunca debe faltar en un hijo de Dios porque es la forma de cómo nuestro espíritu se comunica con Dios y nuestra fe crece. Debemos pedirle a Dios que agudice nuestros sentidos espirituales, para que así podamos prestar atención a lo que el Espíritu Santo nos quiera decir y también para estar atentas en los momentos de peligro.
Los sentidos nos informan del estado de las cosas que nos rodean y cada uno es selectivo respecto a la clase de información que proporcionan.
¿Cómo puedo detectar la falta de sensibilidad espiritual?
¡Presta mucha atención en esto!
Cuando al no orar ya no siento el deseo de volverlo a hacer, cuando al orar no pronuncio ninguna palabra a conciencia sino solo vanas repeticiones, cuando al alabar a Dios ya no siento ese gozo que llena el corazón, cuando al adorar a Dios mi corazón ya no se quebranta, cuando el no servir ya no inquieta mi espíritu, cuando el pecado ya no me produce dolor, cuando ya no siento pasión por los que están necesitados de Dios, cuando mi vista se desvía y comienzo a ver los errores humanos antes que la gracia y misericordia de Dios, cuando al leer la palabra de Dios siento que ya no me edifico, sino que me aburre, cuando ando a la defensiva en todo y me enojo fácilmente, cuándo ya no tengo un corazón enseñable y deseoso de aprender, y podríamos continuar con una larga lista de cuando, pero esto te ayudará a examinar tu corazón.
Hay momentos en donde lo único que necesitamos hacer es reconocer que estamos convirtiéndonos en personas insensibles a todo lo que tiene que ver con lo espiritual. Cuando en mi vida comienza a gobernar más lo terrenal que lo espiritual entonces es señal de que vamos camino hacia el fracaso espiritual y sobre todo hacia la insensibilidad de todo lo que proviene de Dios.
Hoy quiero invitarte a reflexionar en tu caminar, en los pasos que estás dando, reflexiona sobre qué tan sensible estás siendo a su presencia, ¿estás obedeciendo?, y si tu corazón es sensible a Dios, entonces ¡Gloria a Él!, pero si eres sincera contigo misma y denotas un cambio en comparación de otras épocas, entonces es hora de volver al camino del cual nunca debiste desviarte.
Seamos sinceras con nosotras mismas, la única forma de regresar al lugar de donde nunca debimos salir, es siendo humildes y auténticas, pero también es necesario tener mucho valor para actuar con determinación y regresar al nivel de sensibilidad espiritual que antes gozamos, anhelar ser cada día mejor y estar más apegada a lo que Dios quiera de nosotras.
Yo te pregunto y me pregunto: ¿Queremos vivir en la insensibilidad, o queremos vivir con un corazón sensible a todo lo que tiene que ver con Dios?, yo elijo lo segundo, ¿y tú?
¡Volvamos a ese lugar en donde sólo podemos escucharlo a Él, para poder gozar de una vida plena en Cristo!
16 El Señor les dio el mejor consejo: Pregunten dónde está el buen camino, las instrucciones justas en las que antes se orientaban, y vuelvan a vivir conforme a ellas. ¡Ya verán lo bien que se sentirán por ello! Pero responden: «¡No, estamos bien así!» Jeremías 6:16 NBD
Por Karen Quiroz
- Posted by Planeta Girl
- On octubre 1, 2018
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