Una vez una niña le preguntó a su papá, ¿Papi, de qué tamaño es Dios? El padre desconcertado, miró al cielo en busca de ayuda divina y vio un avión, y le respondió a su hija. ¿De qué tamaño ves aquel avión? A lo que la niña respondió, es muy pequeño, casi no se alcanza a ver. El padre queriendo responderme mejor la pregunta llevó a la niña al aeropuerto y acercándose le mostró un avión que estaba en tierra. ¿De qué tamaño ves este avión? Y la niña le dijo: Papi, es enorme, nunca pensé que los aviones fueran tan grandes. Entonces el padre le respondió: Así es Dios.

 El tamaño que tenga va a depender de la distancia que tú estés de Él.

 A más lejos, las nubes taparán al avión y ni lo percibiremos, así es cuando tenemos lejos a Dios, nuestras nubes de problemas, faltas, vacíos, etc.  No nos dejan verlo. Y cuando más cerca estés de Dios, más grande lo verás.

 Cuanto más lejos de estés de Él, más difícil será visualizarlo.

 Dios decidió crearnos para tener cercanía con Él…

 Santiago 4:8 nos dice “Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes.”

¿Quiénes creen uds. que serán los que en el cielo estén más cerca a Dios?

Algunos podemos pensar: «¡Los doce discípulos! Ellos conocieron a Jesús.» Otros pensarán: «¡El rey David o Moisés!

David tenía un corazón conforme a Dios y Moisés veía lo veía cara a cara»

¿Por qué pensamos en estas personas?  porque acá en la tierra tuvieron una relación muy estrecha con Dios.

Entonces, Lo que hacemos en esta tierra, decidirá nuestra vida en la eternidad.

Estarán más cerca a Dios aquellas que acá en la tierra hayan logrado una mayor relación con Dios.

Tenemos que aprovechar nuestras cualidades como mujeres de ser sensibles y espontáneas para acercarnos a el sin vergüenzas, ni temores.

En el mundo somos reconocidas por nuestros logros, pero en el cielo seremos conocidas por nuestra relación de amistad con Dios.

Hablar de Dios es bueno, pero hablar con Dios es mucho mejor.

¿Cómo podemos llamarnos amigos cercanos de alguien si nunca tenemos tiempo para cultivar nuestra relación, y si no invertimos tiempo en ella?

El éxito se planifica no viene de un acto al azar y si queremos tener una vida espiritual exitosa necesitamos planificar, tener rutinas espirituales:

1. Como leer la biblia (cada día separa un tiempo para leerla)
2. Ora genuinamente
3. Tener un tiempo devocional
4. Busca a Dios de formas creativas, con una canción, con una carta.

Con el único que no debemos tener distanciamiento social es con Dios.

Necesitamos acercarnos a Él… Invierte el tiempo que sea necesario, gasta tiempo con Él. Nunca será un tiempo perdido cuando oramos, es un tiempo invertido.

Aunque me dirás «Yo trabajo» pero todos tenemos las mismas 24 horas y déjame decirte que no hay nada más precioso que estar en la presencia de Dios. Te aseguro que vas a salir descansada con nuevas fuerzas.

Escrito por: Wenddy Neciosup