Su hermosa presencia, hace toda la diferencia
¡Oh Dios, mi Dios! ¡Cómo te busco! ¡Qué sed tengo de ti en esta tierra reseca y triste en donde no hay agua! ¡Cómo anhelo encontrarte! 2 ¡Te he visto en tu santuario y he contemplado tu fortaleza y gloria, 3 porque tu amor y bondad son para mí mejor que la vida misma! ¡Cuánto te alabo!
Salmo 63:1-3
Medita por un momento en las siguientes preguntas:
¿En que lugar estas en este preciso momento? ¿En dónde estás invirtiendo la mayor parte de tu tiempo?, en la universidad, en el trabajo, colegio, ¿será que estás siendo consumida por alguna de estas cosas? O ¿Por algún pasatiempo?, ¿Diversiones?, ¿relaciones?, ¿ministerio?, o ¿estás consumida por la pasión de querer conocer más de Dios?
Hay una gran diferencia entre ser consumida por una cosa o quehacer en la vida, y ser consumida por la pasión de querer más del Señor, anhelar conocerle, saber que quiere, que piensa de mí, que direcciones me quiere dar, saber lo que hay en su corazón para mi vida.
Si en realidad estuviéramos más apasionadas por esto, muchas cosas en nuestra vida cambiarían, nuestro deseo de obedecer sería una prioridad, nuestro carácter sería más como el de Cristo, nuestras decisiones serían más sabias, seríamos guiadas por su Espíritu y no por nuestras emociones.
En el texto mencionado anteriormente el salmista adora a Dios y medita acerca de él. Algunos comentaristas clasifican este salmo como Salmo de Confianza. El salmista está en una situación difícil, pero esta situación produjo uno de los más lindos salmos.
¡Oh Dios, mi Dios!, es un gran privilegio poder abrir nuestra boca y decir con total confianza, “Tú eres mi Dios”, tener ese sentido de pertenencia con nuestro Padre. Quien más conoce a Dios, más lo busca, y David tenía una relación íntima con Dios, no era un extraño para Él, por el contrario, era un amigo que buscaba más intimidad.
¿Alguna vez has deseado que alguien te entienda, te aprecie, respete y te ame por lo que eres?, esto es algo normal ya que fuimos creadas como seres relacionales, necesitamos tener una relación personal, intima con alguien, una relación que sea profundamente satisfactoria, que pueda transmitirte fortaleza, que te edifique, que te estimule profundamente.
Lamentablemente el pecado puede ser una barrera para que podamos disfrutar de la comunión para la cual fuimos creadas, y a veces nos hace desviar nuestra mirada poniendo toda nuestra atención en cosas que no nos van a saciar, como posesiones, relaciones amorosas, o hasta algún tipo de adicción.
No digo que no podamos tener el deseo de encontrar a una persona para amar, o querer conseguir alguna cosa con esfuerzo, claro que se puede lograr, el problema es cuando lo hacemos para satisfacer solo nuestros deseos y no como una dirección de Dios o en su tiempo.
Cuando Dios está al mando, no hay errores, ya sea que nos gusté o no la situación, Él está al control.
David tenía todo lo que una persona pudiera desear, nada le faltaba, pero llegó a la clara conclusión de que el único que podía satisfacer su alma de manera genuina era Dios.
No se en el lugar que te puedas encontrar en este momento, quizás estás pasando por el valle, o quizás estás sobre una montaña alta, pero graba esto en tu corazón, lo que hace que nuestro día tenga color, es la belleza de la compañía del Señor.
No importa el lugar en el que estés, si el Señor está contigo, con mucho o poco, tendrás felicidad completa en Él, Él es nuestro tesoro.
Nuestro Padre nos creó a su imagen con el fin de que podamos interactuar con Él todos los días, Él anhela que podamos tener una relación íntima, profunda, significativa con Él, y que esta relación pueda satisfacer nuestros deseos más hondos.
Podemos relacionarnos con muchas personas, pero ninguna relación será más sincera y profunda como la que podemos tener con nuestro Dios, Él es amoroso, paciente, verdadero y fiel.
Su presencia hace toda la diferencia, ella puede transformar nuestra vida, y nos capacita para enfrentar cualquier circunstancia, con la actitud correcta, y a medida que más se revele, más contentamiento habrá en nuestros corazones, no necesitaremos de otras cosas porque Él todo lo suple.
Sólo en su presencia podemos encontrar nuestra razón de ser y la esperanza para nuestro futuro.
Su presencia hace toda la diferencia y puede transformar un desierto, en lugar secreto, un lugar de intimidad, donde todo lo que necesitemos, sea a Él, sólo a Él.
Tú eres todo lo que necesito Dios…
Por Karen Quiroz
- Posted by Planeta Girl
- On septiembre 23, 2019
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